eat me; remus lupin (✔︎)

hablar

Aurora no estaba segura de cómo había logrado llegar a su trabajo sin desmayarse, solo que fue directo a donde estaba una de las mujeres más amables de lugar. Debía de tener unos cuarenta años y había sido comprensiva con ella el día del incidente con Ben, podía decir que era su amiga. El caso es que sus pies caminaron hacia donde debía estar ella y con las lágrimas ya secas la abrazó.

Renata, la mujer, se quedó algo atónita, pero cuando puso su mano en la espalda de Aurora y la sintió temblando la atrajo a ella en un abrazo firme y reconfortante.

—¿Qué pasó, linda? —le preguntó después de un rato.

Y Aurora empezó a soltar todo, empezando por su infancia. Renata era la segunda persona a la que se lo contaba y fue liberador como cuando se lo dijo a Remus. Hasta le habló sobre el amor que sentía por el hombre.

Omitió todo lo mágico y lo resumió.

Renata la miró a los ojos, estaba sorprendida y dolida, sus cejas blancas, al igual que su cabello, se arquearon y sus ojos fueron tristes. Sintió la misma importancia y nudo en la garganta que le paso a Remus cuando se lo dijo.

Renata era una mujer mayor, ya con dos hijos y dos matrimonios perdidos. Pero nunca había conocido a alguien a quien habían abusado física y verbalmente, eso hacía que se cuestionara cómo actuar.

—¿Por qué me lo cuentas? —usó un tono suave. No estaba siendo grosera, solo quería saber de dónde había salido esta confianza para hablar sobre un tema tan importante.

—Porque creo que eres mi amiga, y escuché a una de las empleadas decir en el baño que las amigas se cuentan todo —tomó aire— Y dijo, qué no hay más liberador que hablar con una para sentir que no estás sola.

—Y no lo estás.