columpio

1.8K 121 4
                                    

Remus Lupin

Aurora me entrega su bolso para después caminar con emoción hacia el columpio, inconscientemente me lo coloco sobre el hombro, de una manera más cómoda.

—Comprueba que este seco —le digo antes que se siente.

Voltea a verme y me da una mirada de reproche, pero me doy cuenta cuando disimuladamente pasa la mano por el asiento.

—Esto va a ser divertido —escucho a lo lejos su voz contener la emoción, su cuerpo se sacude y solo puedo ser feliz.

Este pequeño momento, donde puedo observarla con la luna iluminando sobre nosotros, las lámparas están lejos, dejándonos en la zona de juegos con poca iluminación, me llena de alguna manera, me deja sin aire cuando la miro.

Aurora se sienta y con cada mano se sujeta de las cadenas, luego se impulsa con sus pies, empieza un balanceo lento y controlado, pero veo como se acomoda por última vez y empieza a tomar más impulso, estirando sus pies cuando va hacia adelante y luego hacia el lado contrario. Tengo el pecho oprimido mientras observo su figura con total adoración, me concentro en su rostro y la veo sonreír con un cumulo de alegría brotando, su pelo suelto va en contra de los balanceos, pero es libre.

Escucho su risa, y es tan gratificante como me hace querer respirar con más fuerza, acumulando aire en mis pulmones.

Quiero no obsesionarme, pero me es imposible, mi mente me traiciona y no controlo la necesidad de querer atraparla si cae, o ayudarla si no cree que pueda, incluso soltarla si me lo pide.

Lleva una camisa azul claro, que para mi suerte no trasparenta nada, pero mis ojos bajan por su pantalón corto blanco, el cual parece hecho de un material estirable y moldeable.

—Eres increíble —dice entre risas, no estoy seguro si me lo dice a mí o habla con el columpio.

Hago una nota mental de instalar un columpio en el patio; solo para poder levantarme y ver esto, sería algo que supera los sueños más anhelados de mi mente.

—Ven, baja —pido después de un rato que se me hace eterno.

—Pero esto es divertido —reprocha sin quitar la sonrisa de su rostro y seguir columpiándose.

—Para ti, a mí me está doliendo —intento no sujetarme el miembro duro y acomodarlo. Miro alrededor para comprobar que no haya más personas que nosotros en el lugar, por suerte estamos solos.

Su rostro se entristece un poco, pero sé que es parte del juego. Aurora deja de balancear sus piernas y el columpio se va deteniendo.

—¿Por qué eres tan cruel? —pregunta.

Me encamino hacia ella, se encuentra sentada cuando estoy justo enfrente, alzándome frente a ella y cubriéndola de la luz, aún tengo su bolso en mi hombro y creo que no me veo muy amenazante.

—Cruel es la manera en que me pones duro el pene —con mi mano derecha acaricio su mejilla. Trago cuando se hunde en la palma de mi mano, es incomparable lo que me hace sentir, nos miramos a los ojos y siento que sus pensamientos son parte de los míos.

—¿Por qué no hacemos algo para solucionarlo? —se sujeta de las cadenas para impulsarse y levantarse, cierro los ojos antes que se acerque lo suficiente, rápidamente empuja sus labios contra los míos.

Acerco mi mano izquierda a su cadera, haciendo un suave empuje para que se acerque y suelte las cadenas. Nuestros labios se mueven, apreciándose mutuamente, saboreando de arriba abajo.

Sus manos me tocan por encima de la ropa, justo en mi estómago, va haciendo su camino hasta subir a mi pecho. Sus labios se alejan un poco, solo lo suficiente para sentir su aliento en mi rostro— Yo... pensé que podíamos jugar un rato —propone.

Levanto una ceja como si acabara de formular una pregunta, pero de inmediato sujeto su mano y la guío a uno de los bancos que esta más escondido y oscuro, cuando llegamos lo vi y no pude dejar de pensar en que podríamos ser algo descuidados fuera de casa, por una noche no creo que causemos muchos problemas.

No quiero justificarme con esto, pero lo que ella provoca en mi tiene consecuencias.

Me siento sobre el banco y me apoyo en el respaldar, aún con su bolso en mi hombro, la observo por unos segundos y luego con ambos brazos la empujo de las piernas, para que cada una quede a mis costados, dejándola sentada sobre mis muslos.

—¿Quieres que sigamos besándonos? —le pregunto, siento que un viento caliente sopla con fuerza por todo mi cuerpo, como si acabara de entrar a una ducha recién preparada.

—Claro —con una última respiración se inclina sobre mí, apretándome contra el respaldar y comiendo mis labios como alguien a quien se le negó por meses un plato de comida, sus ansias traspasan su cuerpo y atraviesan el mío.

Dejo mis manos sobre sus muslos, y doy caricias de arriba abajo, sintiendo su cuerpo mecerse como respuesta positiva.

Creo que va a separarse de mí, así que sostengo su cabello negándole que se aleje, porque sé que aún tiene aire, solo quiere molestarme sin dejarme probarla más tiempo.

Quisiera poder decir que aguanté, pero estaba quedándome sin aire, el miembro me dolía, y cuando soltó un lamento que parecía más un gemido fue una necesidad decirlo.

—Si —me responde, la pregunta no salió por mis labios, quedó atorada en mi boca.

—¿Si qué?

—Si vamos a tener relaciones aquí... como unos morbosos. Ojalá no pase nadie.

Me remuevo un poco y de mi pantalón saco la varita, la agito y hago un encantamiento ilusorio, porque quiero que nos arriesguemos, pero no demasiado.

:🦆
perdón por la ausencia, si soy sincera me da cosa terminar eat me, me encariñé mucho :'(
espero que estén bien y les deseo un lindo día, semana, mes y vida :)

eat me; remus lupin (✔︎)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora