Capítulo 34.2 No quiero volverme a adicto a él...

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Capítulo 34.2 No quiero volverme a adicto a él...


Takeshi se fue despertando por el sonido de su móvil al vibrar desde la mochila que había traído. Las ventanas estaban cerradas y la luz del sol entraba por el cristal, creando sombras y formas sinuosas en el cuarto. 

Tuvo que obligarse a salir de la cama. Aunque solía despertarse recargado de energía y dispuesto a comenzar un nuevo día con el mejor de lo humores... las últimas noches no había dormido demasiado bien... Miyagi se había encargado de hacérselas agotadoras. 

La primera noche había estado a punto de llamar a un médico porque la fiebre de Miyagi había llegado a alcanzar incluso los 40 grados. Pero por suerte, cuando le había puesto los paños mojados por su cuerpo, a los pocos minutos el calor corporal había disminuido considerablemente y por fin había caído rendido en un sueño profundo.

Los siguientes días se los había pasado metido en la cama, a veces bajaba a comer algo ligero para volver a meterse entre las sábanas. Parecía un zombi caminando tambaleándose y las ojeras le daban un aspecto aterrador. 

Takeshi suspiró y se pasó una mano por el pelo.

Se preguntó si Miyagi ya estaría bien. No estaba en la cama y le preocupaba que se hubiese ido a trabajar en contra de las normas que había puesto el doctor. 

Volvió a acostarse sobre las sábanas, de espaldas. Estaba hecho un lío por todos los sucesos y por todos los sentimientos nuevos y emociones que comenzaba a sentir. "Pero no puedo bajar la guardia. ¿Miyagi se cree que soy tonto o algo así? ¡Ni él mismo se entiende! Primero actúa como un prepotente sabelotodo, me besa para joderme, luego hace la mierda de trato diciendo que quería educarme, me obliga a ir a su oficina y me ignora por completo, luego nos acostamos, nos volvemos a acostar, nos acostamos otra vez más... ¡le digo que quiero estar con él en navidad! ¡Soy tan estúpido, retrasado y gilipollas de decirle que quiero estar con él en navidad!

» ¿Y qué me responde? "Oh, estaré ocupado durante esa semana" —En su mente, imitó el tono serio de Miyagi—. ¿¡Estará ocupado esa semana!? ¿Qué soy? ¿Un perro ilusionado por verle? 

» ¡Soy imbécil! Eso es lo que soy.

» Pero claro... se pone enfermo y me llaman a mí... ¡y no tengo otra cosa que hacer que ir corriendo preocupado a ver cómo está! ¡Después de haberse ido a Tokyo, olvidándose por completo de mí y no enviando ni un solo mensaje, de repente aparece el primer día y tengo que hacer de enfermera!"

Takeshi se giró y gritó en la almohada. 

Lo peor de todo era que a pesar de su orgullo infantil e inmaduro... estaba ilusionado por haberlo visto de nuevo. Estaba feliz de haberle ayudado... y verlo tan vulnerable había tocado algo en su corazón. "Él... parece que está bien, se hace el duro... se cree el más macho... y creo... que en el fondo... tiene miedo de todo".

Despejó por fin su mente y salió de la habitación. 

Necesitaba darse una ducha... 


El baño quedaba a unos pasos de la habitación, cerca de las escaleras. Cuando entró, se aseguró de cerrar la puerta con pestillo para no llevarse ninguna sorpresa. Se fue quitando la ropa tirándola en una esquina y al pasar por el espejo, tuvo que detenerse de golpe. 

"Cierto... —Se acercó levantando la ceja—... ahora soy rubio". 

Pasó una mano por su pelo, ya despeinado. No le quedaba mal, pero Takeshi no se acostumbraba a verse tan llamativo. A su madre casi le había dado un infarto al verlo así. Se había quedado con la boca abierta y una expresión horrorizada en la cara, como si pensase que su hijo se hubiese convertido en un gamberro . 

Wagamama na Koi 1 "Unmei"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora