Capítulo 45 Miedos y amor

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Capítulo 45 Miedos y amor


— Me muero —Takeshi volvió a arrojar una vez más en el retrete. Sentía como si todo su cuerpo hubiese perdido peso y estuviese flotando en una nube... pero la sensación quedaba muy lejos de ser agradable. 

Miyagi estaba de cuclillas al lado de él, con una mano apoyada sobre su espalda. Preocupado, se pasó la mano libre por la frente para quitarse algunas gotas de sudor. 

Después de haber vomitado en la entrada, Miyagi lo había acompañado hasta el baño para que se duchase, pero nada más dar los primeros pasos, había vuelto a sentir el mareo en su cabeza y las náuseas en el estómago y tuvo que sustituir la ducha por el retrete. 

Jamás, nunca, lo había pasado tan mal como en esos momentos. 

— Takeshi, deberíamos ir al hospital... 

— ¡No vas a llevarme a un puto hospital, joder! —Las manos se agarraban en la taza abierta y en el fondo podía ver todo el líquido que había echado hacía unos segundos. Subió el brazo para tirar de la cisterna y alejar aquellas vistas tan horribles. Cuando el agua desapareció llevándoselo todo se sintió un poco mejor.

— Estás blanco —La voz de Miyagi a veces sonaba tan lejana como sus pensamientos... ¿dónde estaba? ¿Qué había pasado? La ansiedad le estaba ahogando, como si una soga se le hubiese colgado en el cuello.

¿Quién era él mismo?

Allí se encontraba, en un baño extraño, en una casa que no era la suya, con un hombre al que ni siquiera conocía pero quien era la persona que más lo conocía a él... ¿por qué? ¿Por qué aunque pasaba el tiempo Miyagi seguía siendo el ser extraño que había visto desde un principio? ¿Por qué... no se abría a él?

Un quejido salió de su garganta, sentía que quería llorar pero hacía tanto tiempo que no lo hacía que ni siquiera recordaba cómo hacerlo. "Me estoy volviendo loco... toda mi vida está cambiando demasiado rápido y siento como si se hubiese puesto en marcha algo inevitable... algo extrínseco a mí que no puedo dominar... y que me está controlando por completo". 

Oyó la voz de Miyagi, pero ni siquiera pudo entender lo que decía. Una mano se apoyó en su cuerpo y Takeshi, sintiéndose incluso en un cuerpo extraño, se apartó con brusquedad; al instante sintió como su mejilla se pegaba contra el suelo. 

— ¡Takeshi! —Miyagi lo levantó. 

"Déjame —quería gritarle—, no me toques, no me mires... no me cambies". 

Pero Miyagi ya lo había cambiado por completo... y ese cambio asustaba a Takeshi. Aunque había ido aceptando poco a poco la idea de que comenzaba a quererlo, ni siquiera se atrevía a hacer ese pensamiento realidad... porque de alguna manera, se sentía vulnerable y abierto a las heridas.

"Mentira. Ya estoy herido —pensó mientras apoyaba el rostro en los muslos de Miyagi—. Este hombre que se cierra a mí me está hiriendo... esta sensación de impotencia, de no hacer que confíe en mí, de no sentir que siente lo mismo que yo... me está matando, día a día, segundo a segundo...

» ¿Por qué?"

— No puedo más, Miyagi... —Dijo entre quejidos, con los ojos rallados.

— Venga, vamos a la ducha —Miyagi lo levantó del suelo a pesar de que éste se resistía, gritando y dando patadas.

Sin ni siquiera quitarle la ropa, para no perder tiempo, Miyagi lo metió en la ducha y la abrió al instante, con él también dentro. El agua cayó al momento sobre ambos, empapándoles las ropas, el cabello y los rostros... Takeshi suspiró cuando sintió el frescor caer en su cuerpo, y en los brazos de Ryu, dejó de resistirse, quedándose quieto por completo. Su mejilla descansaba en la camisa del pijama de él y las gotas de agua comenzaban a rodar por su cara. 

Wagamama na Koi 1 "Unmei"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora