c3 Un secreto descubierto

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Capítulo 3 Un secreto descubierto

Las visitas a la casa de Shouta comenzaron de nuevo tras aquella cena. No había pasado nada relevante, no habían hablado intensamente ni siquiera habían compartido algo físico… pero las sensaciones que sucumbían el cuerpo de Takeshi cuando estaba cerca de él, eran suficientes para encenderlo como una llama.

Miyagi lo atraía como un imán, deseaba verlo, a cada instante, a cada segundo. A veces, sus miradas chocaban y su corazón se activaba a toda rapidez. Y aunque apartaba la vista al momento, el calor de aquel fuego servía para hacer arder todo su cuerpo. Era cierto que su amigo era Shouta pero… no era esa la principal razón por la que iba a su casa.

Sin embargo, la realidad era muy diferente: Miyagi y Takeshi no se llevaban bien. La personalidad rebelde y despreocupada de Takeshi no congeniaba con la frialdad y pulcritud de Miyagi. Takeshi no soportaba a Miyagi, y Miyagi no soportaba a Takeshi. Era así de simple.

Entonces... ¿por qué continuaba yendo casi todos los días a casa de Shouta para verlo una y otra vez?

Takeshi acompañaba a Shouta cuando acababan el colegio y como se quedaba hasta muy tarde, solía coincidir con Miyagi. Pero aquella rutina derivó en confianza y ambos comenzaron a poner palabras a esa discrepancia de personalidades que tanto los hacía chocar. Al principio, Takeshi se contenía, pero pronto descubrió que molestar a Miyagi era tan placentero como besar a una chica…

— No entiendo por qué tienen una mesa en el salón tan bonita si no la utilizan.

Esa fue la pulla que incendió la fogata aquella noche.

— Si no te gusta, te vas. Es muy fácil. Nadie te obliga a venir aquí —Contestó Miyagi cabreado.

— ¡Tsk!… No he dicho que no me guste. Porque me gusta es por lo que no lo entiendo. Tú y tus manías raras.

A Miyagi se le movió la ceja en un tic, como lo hacía siempre que Takeshi lo molestaba.

— Bueno, chicos. ¿Es qué no pueden llevarse bien de vez en cuando? —Shouta trataba muchas veces de poner tranquilidad… en vano.

— ¡Já! No me llevaría bien con un maniático como tu hermano ni en un millón de años —La ceja de Miyagi volvió a moverse—. No sé cómo puedes vivir con alguien como él, Shouta. Lo digo en serio. ¿Te deja ir al baño? Puede que lo considere demasiado asqueroso como para que lo hagas y tienes que ir a casa de tus vecinos. O peor, a un baño público —Esta vez Miyagi apretó el puño, consternado—. ¡Es un estirado!

— Oye, Takeshi… — Shouta comenzaba a sospechar que habría otra pelea.

— No sé cómo puedes respirar en esta casa tan perfecta. Seguro que nadie lo aguanta… apuesto a que jamás ha tenido ni una novia…

Miyagi apoyó las manos sobre las mesas en un solo golpe haciendo un ruido estremecedor. Shouta encogió los hombros y saltó de la silla del susto. Takeshi lo miró con los palillos en la boca y los ojos abiertos. Ni siquiera se había inmutado con el ruido. Simplemente parpadeó como si estuviese diciendo “¿Pasa algo?”

— Eres el crío más maleducado y descarado que he visto en mi vida.

— Pues será que no conoces a muchos… — Añadió Takeshi por lo bajo con los palillos en la boca. Pero por supuesto Miyagi había escuchado cada palabra que había dicho.

Sin decir nada más salió directo a su cuarto.

— Oh, vamos. ¿Por qué tienen que llevarse así? —Shouta se puso a mover la verdura, deprimido—. Siempre estás picándolo…

Wagamama na Koi 1 "Unmei"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora