Wagamama na Koi 1 "Unmei"

Capítulo 31.2 Rencuentro

Capítulo 31.2 Rencuentro

— ¿Por qué no me dijiste nada? —Shouta, enojado, se sentó en el sillón de brazos cruzados. 

— Ya te dije que me olvidé... lo hago cada año así que no le di importancia.

Shouta giró la cara.

— "No le di importancia, no le di importancia" —Dijo imitándole de mala forma. 

Hiroki puso los ojos en blanco y fue a sentarse a su lado.

— Ya te conté lo que hablé con ella ¿no? Así que no pasa nada, lo ha aceptado.

— ¿Te olvidas de las cosas que dijo en las cartas? ¿Pretendes que vaya, le sonría y le agradezca por haberme hecho sentir como un imbécil?

Hiroki bajó la cabeza y suspiró.

— Ay, dios... ¿ves? Por eso no quería decírtelo. 

— Entonces no era que te habías olvidado.

— Las dos cosas. 

— Bueno, me da igual... diga lo que diga esa bruja va a estar ahí. Así que mejor voy a darme un baño y quitarme esta sensación de encima. 

Dejando a Hiroki sentado en el sofá, Shouta se levantó y entró al baño, dando un portazo tras de sí.

— Menudo lío... —susurró Hiroki decaído antes de sacar el móvil de su bolsillo. 

"Mimi, buena la has liado. Shouta no te soporta y esta situación no me gusta nada. Así que soluciónalo YA".

A los pocos segundos recibió contestación.

"¿Y qué mierda quieres que haga? Tu amorcito es un niño idiota".

Hiroki movió el entrecejo, cabreado.

"Seguro que algo se te ocurre. Así que mueve el culo".

Enviar. El móvil vibró más rápido que la vez anterior.

"Ok"

Suspirando, esta vez de tranquilidad, Hiroki se acomodó en el sofá y miró la puerta del baño. 

Sonrió pícaramente y se levantó de un salto. 

"Vamos a quitarle el enfado", se dijo divertido mientras abría la puerta. 

Takeshi, en su mesa, dibujaba con el ordenador y una tableta.

"Mañana hace ya casi una semana que no lo veo... y sigue sin decirme nada". Moviendo la mano, dibujó las babas en la boca de un zombi mordiendo a un humano. "¿Quiere decir que si no doy señales de vida, él tampoco lo hará? ¿Si yo lo termino, él no hará nada para detenerme?"

Dejó el lápiz sobre la mesa y se echó hacia atrás en la silla. 

"Joder... qué impotencia. Ahora siento que, si voy a verlo, perderé todo mi orgullo. Hice esto para ponerlo a prueba, para ver si me reclamaba... pero veo que no va a hacer nada. Simplemente, lo dejará pasar..."

Se levantó, deprimido, y se tiró sobre la cama.

"¿Por qué me siento tan decepcionado? —Pensó mientras cogía el móvil de la mesilla de noche—. No le cuesta nada enviar un mensaje... Podría haberme pasado algo... y él ni siquiera se ha preocupado por saber por qué no he ido a verlo".

Mientras criticaba a Miyagi sobre su actitud, el teléfono móvil vibró en sus manos.

"Nuevo mensaje" y debajo del aviso ponía el remitente: "Don Perfecto".