Capítulo 53 A todos nos acompaña una historia
Su mirada. La manera en que se mueve, la manera en que camina. Su boca. La forma en que su entrecejo se arruga mostrando su enojo, o la forma en que cambia el tono de voz para dar órdenes. Pero también el tono de voz cuando estamos piel contra piel.
A veces se ríe. Son pocas, sí. Pero las suficientes para haberme enamorado de su sonrisa. Otras veces, sus labios no sonríen pero sé que sus ojos lo están haciendo... porque ahí están, brillando, como si estuviese feliz...
Cuando respira, cuando suspira o cuando su mirada se pierde en el espacio y en el tiempo, recordando un pasado que yo desconozco. Cuando tiembla, en la noche, y su boca se mueve una y otra vez, repitiendo las mismas palabras, la misma canción.... "No está muerta. No está muerta". Entonces se convierte en un niño, y aunque no hay lágrimas en sus mejillas, sé que está llorando; se queda sin respiración y comienza a jadear. Es ahí cuando poso mi mano en su pecho y lo abrazo con fuerza, como si fuese algo preciado que tengo que proteger. No le digo nada, no lo despierto, ni siquiera le susurro palabras para tranquilizarlo.
Simplemente me uno a él y dejo que respire mi esencia.
Apoyo mi frente en su pecho, que se mueve hacia arriba y abajo con brusquedad, y suplico para mis adentros que se detenga, que deje de sufrir, que sus pesadillas desaparezcan... quizás, de mis labios, se escapa algún "por favor" desesperado. Suplico a todo lo que ni siquiera creo para que su respiración vuelva a ser normal.
Y así, pocos minutos después de hacerlo mío de la forma más abstracta posible, Ryu vuelve a caer en un profundo sueño. Como si nada hubiese pasado.
Pero yo nunca puedo dormirme al instante; siempre espero un poco a que su cuerpo deje de temblar y el sudor frío de su piel desaparezca.
Mi dragón es fuerte pero tiene miedo... se encierra, se oculta... No deja que nada ni nadie entre en su fortaleza.
Y cuando lo escucho jadear de dolor en mitad de la noche, me pregunto... ¿de qué está huyendo?
Creo que mi dragón... se ha cortado las alas.
Como siempre, le exasperaba el ascensor. Y la razón era tan simple como fastidiosa: tenía unos horribles segundos en silencio para reflexionar sobre las cosas que habían pasado; y Miyagi Ryutaro odiaba reflexionar. Siempre prefería tener la mente activa, ocupado en diferentes cosas, subiendo y bajando escaleras, corriendo, leyendo, lo que fuera menos aquellos silencios que te obligaban, irremediablemente, a pensar.
Se apoyó en una de las paredes, con el cuello inclinado hacia abajo, y soltó un suspiro. La noche anterior la situación se había desbordado de una forma tan impredecible y ridícula que ahora se sentía como si todo hubiese sido un absurdo sueño.
Pero no lo era.
Cuando se había levantado de la cama, Takeshi ya no estaba en el cuarto de Shouta. A pesar de que siempre lo encontraba durmiendo, aquel día se había ido mucho antes que nunca y Miyagi no había podido verlo.
"¿Está enfadado porque Saori me besó? ¿Porque no le dije que me fui a Tokyo? ¿O porque... le he ignorado todo este tiempo?"
Miyagi apretó los puños. Extrañaba el contacto con su cuerpo, pero a la vez lo temía... porque le hacía recordar.
El ascensor se detuvo, sorprendiendo a Miyagi en su ensoñación. Movió un poco la cabeza para despejar la mente y cuando las puertas automáticas se abrieron, salió con paso firme.
![](https://img.wattpad.com/cover/25631028-288-k596518.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Wagamama na Koi 1 "Unmei"
Non-FictionTakeshi, Hiroki, Miyagi y Shouta. Cuatro chicos totalmente diferentes, dos historias que se cruzan pero un mismo sentimiento. Takeshi no cree que algo llamado “amor” exista en la vida real, Miyagi se odia a sí mismo, Hiroki no se atreve a decirle al...