Capítulo 23 ¿De la misma cuerda?

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Capítulo 23 ¿De la misma cuerda?


— Bueno, podríamos empezar con cosas básicas ¿no?

— Adelante.

— Mmm, ¿mar o montaña?

— Me es indiferente. 

— ¿Totalmente indiferente? ¿Seguro?

— Bueno, en verano prefiero el mar, y en invierno la montaña. 

Takeshi lo miró con expresión aburrida. 

— Eres una persona demasiado sosa. 

Miyagi tomó un sorbo de café. Estaban sentados frente a frente en una mesa del rincón de una cafetería. Aunque el lugar era considerablemente pequeño, no estaba lleno de gente. Pero esa era una de las características del Amour et café, un espacio exclusivo para personas con alto poder adquisitivo y del cual Miyagi era propietario. Pero eso, por supuesto, Takeshi no lo sabía. 

 — Me toca a mí, entonces —Miyagi volvió a beber para preparar la pregunta. El juego lo había iniciado Takeshi, alegando que no sabían nada el uno del otro. Y aunque él le había contestado que le parecía una estupidez, por dentro, estaba emocionado—. ¿Qué te llevarías a una isla desierta?

Takeshi lo miró con mala cara.

— Qué pregunta más típica.

— ¿La tuya era acaso original?

— La mía fue para romper el hielo.

— Bueno, la mía también, contesta.

— ¿Puedo elegir todo lo que quiera o hay un límite? 

— Sólo dos cosas —Miyagi volvió a beber, mientras analizaba su rostro. 

Estaban sentados sobre unos pequeños sofás de terciopelo rojizo oscuro, frente a frente, en una mesa pegada a la esquina del local. Takeshi se dejó caer con el ceño fruncido, pensando. Su chaqueta de invierno descansaba en un rincón del sofá, junto con la de Miyagi. 

Ese detalle, sin saber por qué, lo emocionó. Sus ropas acariciándose, dándose calor en una tarde de otoño, mientras ellos sin embargo, tan fríos y distantes. 

— Un cuaderno y un lápiz. 

— ¿Para garabatear esos dibujitos que siempre haces? 

— Exacto. Puedo sobrevivir creándome armas y mierdas de esas por el estilo con cosas propias de la isla, pero moriría del aburrimiento. 

— ¿Qué pasará cuando se te gaste el lápiz?

Takeshi sonrió, muy confiado de sí mismo. 

— Lo siento, señor Miyagi. Esa es una segunda pregunta. 

Miyagi se apuntó un bingo por Takeshi, había sido un chico listo. Sonrió tontamente.

— Entonces, te toca a ti —Le dijo. 

Takeshi le dio un sorbo a su batido de frutas. Se había pedido una mezcla rarísima, y en esos momentos era cuando recordaba que estaba con un crío de dieciséis años que tenía prohibido beber alcohol...

... "y tener sexo con adultos", pensó mientras observaba como sus labios sorbían por la pajita. 

— ¿Con cuántas chicas has tenido sexo? —Le preguntó de sopetón. Su Takeshi siempre tan extremista. 

— Vaya, cómo cambias de tema...

Él se quedó expectante, curioso, y con rostro travieso.

— ¿En serio tengo que responder? ¿No están tomando las cosas un rumbo un tanto... íntimo?

Wagamama na Koi 1 "Unmei"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora