En cuanto entramos al restaurante Park, a lo lejos pide ver en una mesa a mi Ceo y a el Ceo Si-hyuk, ¿que hacía el dueño de HYBE Music con el mío?, enfrente de ambos Ceos, habían tres personas de espaldas.
Quiénes hablaban entre ellos.
Caminamos tranquilamente hacía la mesa, hasta llegar a ella.
— JungKook — saludo el Ceo del los menores.
— buenos días Ceo — hizo reverencia, seguido de Jennie y taehyung.
— siéntense, hay algo de lo que tenemos que hablar — dijo.
Jennie y JungKook se pusieron nerviosos.
En cuanto nos sentamos en las sillas junto a la mesa, taehyung y Jennie se sentaron uno a cada lado mío.
Sentí una mirada en mí, levanté la mirada, y mis ojos miel conectaron con unos ojos negros, que me observaban inspeccionado mi cuerpo.
Hice lo mismo y lo inspeccione de pies a cabeza.
Su cabello era rubio y liso.
Su rostro era delgado, su mandíbula estaba más que marcada.
Sus mejillas eran delgadas.
sus ojos eran algo pequeños, al igual que su nariz.
sus labios eran delgados y finos, tenían un color rosado claro.
Su cuello era de un tamaño promedio, sus clavículas estaban marcadas.
Su torso era fuerte y musculoso, al igual que sus brazos y piernas, se veía que se la pasaba la mayor parte del tiempo en el gimnasio.
Era el hombre perfecto para muchos.
Tenía muy buen cuerpo, quién fuera su novia tendría mucha suerte.
Ya que esos brazos fuertes la podrían apresar entre ellos, sintiéndose seguramente tan cálido.
Su piel era morena, muy hermosa.
Sus manos eran grandes y fuertes.
Una de ellas estaba tatuada, al igual que el mismo brazo, no mucho, solo unos cuantos tatuajes.
Su cuello en la parte de atrás tenía un tatuaje, parecían unas alas de ángel, muy bellas.
Al lado de el estaba una chica, suponía que era su novia, se veían muy apegados.
La chica era delgada, sin muchos músculo.
Al lado de la chica había un chico de unos 27 años más o menos.
Tenía algo de músculos, pero no se comparaba al rubio.
Hubiera seguido en sus pensamientos si su Ceo no lo estuviera llamando.
— JungKook! — hablo por segunda vez el Ceo.
— Uhm, perdón, ¿si? — hablo, y para JiMin parecía haber escuchado al mismo ángel.
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