Era un nuevo día y la alarma de mi celular sonó, avisando que era de día.
Abrí poco a poco mis ojos, acostumbrandome a la poca luz de la habitación.
Sentí un brazo alrededor de mi cintura y recorde todo lo que había echo junto a JiMin todo el día y mis mejillas se sonrojaron.
Tenía que levantarme, quería hacerle un desayuno a JiMin antes de que nos fuéramos a grabar y a las presentaciones que teníamos, hoy tendríamos un día muy ocupado.
Cómo pude quité el fuerte brazo de mi cintura, y me levanté, al levantarme de la cama casi caía al sentir mis piernas temblar, cómo pude caminé al closet y tomé solo una camiseta de manga larga de JiMin, que era negra y tenía una flor blanca con amarillo, tomé unos bóxers salí del closet y me metí al baño.
En éste se tomó un momento para apreciar todas las marcas que su mayor había dejado en el, su cuello, su abdomen y piernas estaban llenas de chupetones.
Volteo su cuerpo ahora dejando ver su espalda, y pudo ver los moretones en su trasero, gimió extasiado al recordar como JiMin le había comido el trasero, tocó cada caricia de su mayor con una sonrisa en sus labios.
Al fin tenía lo que siempre había querido desde que acepto ser su novio.
JiMin le había echo el amor.
Dejo sus pensamientos de lado, para dejar su ropa y meterse a bañar.
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El menor termino de bañarse, se cambió y salió del baño, poniéndose unas pantuflas antes de salir de la habitación y cerrarla con silencio.
Bajó las escaleras a la primera planta, y se dirigió a la cocina.
Al llegar a está saco la harina para panqueques, y lo que llevaba para hacerlos.
Al tener la mezcla echa, saco un sartén para los panqueques.
En lo que hacía los panqueques, puso café y siguió con los panqueques.
10 minutos después.
Estaba muy entretenido terminando de hacer los panqueques, hasta que sintió a alguien rodear su cintura y cadera.
— buenos días hyung — dijo el menor, dejando un momento el panqueque y voltearse cara a cara con su esposo, y darle un beso.
— buenos días conejito — dijo el mayor al separarse del beso, y volver a juntar sus labios en un beso algo desesperado.
— hyun-g te-nemos u-na pre-sentación — dijo el menor cómo pudo.
— no vallamos, mejor vamos a hacer otras cosas aquí en casa — dijo perverso el mayor.
— hyung!, vamos a desayunar pervertido — se quejo el menor, apagando la estufa y llevando los panqueques, y las dos tazas de café a la mesa, junto la miel.
JiMin hizo puchero.
JungKook volvió a la cocina dónde estaba su esposo y lo miro.
— deja de hacer ese puchero, no ganarás nada — dijo riendo el menor — vamos a desayunar.
JiMin no tuvo de otra más que seguir a su esposo y desayunar.
꧁𝙐𝙣𝙖 𝙣𝙚𝙘𝙚𝙨𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙧𝙚𝙘𝙝𝙖𝙯𝙖𝙙𝙖, 𝙪𝙣 𝙗𝙚𝙨𝙤 𝙧𝙚𝙘𝙝𝙖𝙯𝙖𝙙𝙤.꧂
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