Damian
- Vamos amigo, mi abuelita es más rápida que tú- digo mientras veo a Liam sacar su equipaje del maletero.
- Si vamos tarde es por tu culpa, tú fuiste el que decidió ir a la casa de una chica en último momento para...
- Sí, sí, no me lo recuerdes, sólo le estaba haciendo un favor.
- ¿A ella o a sus hormonas?
Está bien, lo confieso, fui a casa de una de mis amigas para más que una sola charla. El favor que le hice era muy necesario para dejarle un gran recuerdo de mí que le durara por siete días y estoy muy seguro que la parte entre sus piernas lo hará. No voy a quejarme, valió la pena la demora, no podía irme sin antes dar una buena cogida, aunque tal vez tenga la oportunidad de coquetear con alguna sexi chica canadiense y llevármela a la cama. Al final, todas caen, o ha existido mujer alguna que se resista a mí.
A veces puede ser cansado tanta atención, se vuelve rutinario y deja de ser divertido conquistar mujeres porque sé que a la mínima mirada ya me están tirando el sostén a la cara. Agradezco él lo tener que lidiar con el tema de los sentimientos, todas las chicas que tienen la suerte de pasar por mi cama saben que es cosa de una noche, no me interesa el sentimentalismo y mucho menos las relaciones formales. Dejé de ser un hombre que cree en el amor hace mucho tiempo, esas son sólo estupideces que no sirven más que como un destructor de vidas. Ya estaba cansado de las mentiras, los engaños, la hipocresía, la falsa felicidad y el esfuerzo que se tiene que hacer para mantener un poco estable la relación. Somos humanos, tenemos sentimientos al igual que impulsos, no todo es color de rosa, a veces hay problemas que nos superan, pero en estos años me he dado cuenta que las mujeres aman las vías de escape, para ellas es más fácil salir corriendo que enfrentarse a la realidad y solucionar las cosas hablando.
Dicen que los hombres somos unos malditos obstinados y que nunca reconocemos nuestros errores. También dicen que para nosotros es muy difícil pedir perdón o hablar de manera pacífica, y esas opiniones se han convertido en la imagen masculina con el paso de los años, lo que ha provocado que mujeres no puedan darse ni siquiera la oportunidad de conocernos a fondo porque ya tienen en la cabeza la peor perspectiva de nosotros.
He pasado por mucho y conocí a varias mujeres en el camino, hasta que por fin me arriesgué a tener mi primera y única relación. Al principio, como es de esperase, todo iba de maravilla, éramos los más enamorados del mundo, pero con el tiempo me decepcioné y confirme una vez más que las mujeres son el más crudo, ardiente y letal veneno que pueda existir en este mundo. Me alegro de haberme dado cuenta a tiempo y así salir bien librado de compromisos innecesarios.
Justo ahora, mi mejor amigo y yo nos dirigimos a unas vacaciones bien merecidas. Ya estábamos hartos de la rutina, siempre trabajando como desgraciados, él como jefe de finanzas de una agencia marketing y yo como uno de los abogados más importantes de un bufete reconocido.
Hace tres días que llegamos a Washington D.C. para pasar el cumpleaños de la madre de Liam, ya que nosotros nos mudamos a Chicago hace unos años, después de terminar la universidad. Queríamos cambiar de aires y probar suerte en otro lado, ser independientes y formar una reputación por nuestra cuenta. Ya no queríamos depender del dinero y prestigio de nuestras familias, sabemos que siempre estarán para nosotros, pero es bueno demostrarles que podemos valernos por nosotros mismos y que nos hemos convertido en los hombres que siempre esperaron que fuéramos.Ahora, después de tanto tiempo sin tomarnos un descanso, decidimos que era el momento perfecto. No lo pensamos dos veces y compramos boletos en primera clase para viajar a Alberta, Canadá, donde estaremos siete días en una magnífica cabaña. El plan era simple, descansar por la mañana y salir por las noches a todos los bares posibles, intentando conquistar al menos dos o tres chicas.
Al principio fue difícil convencer a Liam, él siempre ha sido un chico tranquilo, callado, reservado y muy propio. Intentaba mantener una imagen impecable, no sólo por el bien de su familia, sino que también para él, por alguna razón le gustaba ser el hombre ejemplar, pero yo siempre lo molestaba al decirle que el verdadero motivo por el cual se reprimía tanto era para hacerme quedar mal ante los demás y así él pudiera quedar como el hijo modelo, ya que al nacer no recibió la belleza ni el cuerpo que yo poseía y quería compensarlo con su actitud al menos. Yo, por otro lado, siempre fui un rebelde sin causa, un chico que tomaba lo que quería cuando lo quería, un arrogante sin remedio, pero sobre todo, alguien que siempre lograba conseguir todo lo que se proponía. Es por eso que estamos aquí, a pesar de las múltiples excusas que mi amigo puso para evitar este viaje.- Vamos Damian, estamos muy retardados, perderemos el vuelo.
- Por Dios, cálmate, te estas poniendo tan pesado como una esposa regañando a su marido.
- Es que de verdad no me lo puedo creer- soltó molesto. -¿Tan necesario era atender tus necesidades primitivas?
- Por amor de Dios, Liam, se le dice sexo o en todo caso un rapidín- digo sin pena y él hace una mueca de desagrado. -¿Acaso ya has olvidado cómo se hace?
- Por favor ya cállate.
Solté una risa profunda antes de ir directamente hacia nuestra puerta de abordar. Por suerte, no trajimos un equipaje que necesitara de registro, tanto Liam como yo llevamos un bolso mediano de ropa y cosas de aseo personal. A veces ser hombre tiene sus ventajas, nosotros no necesitábamos de mucho para estar listos.
Después de pasar por una rápida revisión, nos encaminamos hacia nuestra puerta de abordar, y aún con el retraso, teníamos cinco minutos de sobra.
- Espera, ahora vuelvo, tengo que ir al baño, pero si quieres puedes ir subiendo al avión- dijo Liam.
- De acuerdo, te veo allá entonces.
Nos dimos media vuelta y cada uno tomó su camino.
Yo tenía listos los documentos de abordar y hospedaje en una carpeta en mi mano, pero aún así decidí darles una última revisada para asegurarme de tener todo en orden. Iba caminando y al mismo tiempo mirando detalladamente los documentos, cuando de pronto sentí a una persona chocar fuertemente contra mí, haciendo que nuestras carpetas cayeran al suelo.
- Lo siento mucho- dijo la chica de cabello negro y ojos azules. -No te vi en el camino.
«Nada mal, es una chica muy atractiva. Es una lástima que no pueda conocerla mejor.»
- No te preocupes- me agacho y recojo rápidamente las carpetas. -Yo tampoco te vi, estaba distraído- digo, dándole la suya.
- Bueno, gracias por la carpeta y de nuevo te pido disculpas.
- No fue nada.
La chica me regaló una sutil sonrisa y se fue hacia el área de baños. Yo seguí mi camino y saqué de la carpeta mi boleto, miré el lugar correspondiente a mi puerta y con pasos acelerados me dirigí hacia ella.
Había llegado en el momento justo, faltaba poco para que cerraran las puertas y dieran inicio al vuelo. No me demoré nada en entrar al área de primera clase, buscar mi asiento y acomodar mi equipaje en los gabinetes superiores.
Debo admitir que no estaba nada mal el área de primera clase en este avión, me había imaginado algo un poco más simple por ser un viaje a Canadá, aunque no soy quien para juzgar, siendo honesto ya había viajado en primera clase hacia otros lugares, pero nunca a Canadá. Esta es mi primera vez y hasta ahora me estoy llevando una muy buena experiencia. El lugar era amplio, los asientos eran cubículos de dos personas, pero había una pequeña barrera que nos separaba para tener un poco más de privacidad. Los asientos eran muy cómodos y tenían una pequeña almohada blanca con garigoles negros y un televisor en frente. No estaba nada mal, tenía todas las características de asientos primera clase, pero debo decir que he viajado en mejores.-Buenas tardes pasajeros, bienvenidos a bordo, la tripulación de cabina procederá a cerrar las puertas y en un momento más daremos inicio a nuestro vuelo- escucho al piloto decir a través de los altavoces.
Siempre me ha costado un poco de trabajo entender la mayor parte del protocolo verbal en un avión, no es fácil alcanzar a captar todas las cosas que dice el piloto, no solo por la rapidez con la que habla, sino también por el pésimo sonido de las bocinas.
Cerré el maletero superior donde había guardado previamente mi equipaje y procedí a sentarme. Estaba un poco preocupado por Liam, espero que haya podido llegar a tiempo, no faltaba mucho para el despegue y ya estaban cerrado las puertas. Iba a esperar dos minutos más antes de ir a buscarlo, pero en cuanto menos lo esperé, vi a alguien sentado en el asiento de al lado.
-Vaya, finalmente llegas, por un momento creí que perderías el vuelo- me inclino hacia adelante para ver a mi amigo.
-¿Y tú quien eres?
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Juegos de Amor
Teen FictionEl destino tiene sus bromas y trucos. A veces, las cosas se salen de control y cambia por completo la dirección de tu vida. Para Violet, fue así, ella no esperaba volver a relacionarse con ningún hombre jamás, no soporta estar en presencia de uno má...