Capítulo 26

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Damian

Violet temblaba en mis brazos y lo que más me mataba era no saber el porqué o como ayudarla para que dejara de tener miedo. Nunca había conocido a alguien tan frágil y sensible como ella. Alguien que necesitara de confianza, honestidad y protección para sentirse segura.
Sé que le dije que su pasado le pertenecía sólo a ella y que no necesitaba que me dijera nada, pero mentí. Esta chica me vuelve completamente loco de todas las formas posibles. Me confunde y me hace querer seguirla hasta el fin del mundo si es necesario.
Dentro de mí siento una fuerte adrenalina que no me deja en paz, es casi como querer correr un maratón y saber que no vas a cansarte. Jamás he sentido algo así por nadie, ni siquiera por... Eso no importa ahora, no debería estar pensando en esa horrible persona cuando tengo a esta chica tan maravillosa entre mis brazos.
No pienso dejar a Violet, mucho menos ahora que me ha permitido seguir en su vida, lo cual fue algo inesperado, ya que después de nuestro beso en la fiesta creí que recogería todas sus cosas y se iría del hotel. Confieso que tuve miedo de que eso pasara, mi intención nunca ha sido asustarla, por lo contrario, pienso que hasta ahora me he comportado decentemente, algo que es muy raro en mí, dado mis antecedentes como mujeriego sin corrección, pero esta chica es diferente y para poder abrirme camino hacia su corazón se debe andar como en un campo minado, se tiene que dar un pequeño paso con cautela a la vez para asegurarse de no explotar una bomba y no causar daños.
Violet está bastante herida, ya no es algo que se pueda ocultar y lo que menos necesita en este momento es a otra persona que la presione para tomar decisiones.

Yo puedo esperar el tiempo que quiera, la cuestión es ¿Qué haremos cuando los días de este viaje terminen? Cada uno deberá retomar su vida, soy consciente de que tenemos compromisos en casa que nos esperan, pero también tengo muy en claro que no pienso renunciar a ella tan fácil. Acabo de encontrar a la chica que logró revivirme el corazón y no pienso dejarla ir a menos que ella me lo pida. Aunque eso no parece que vaya a suceder pronto.

-       Violet- murmuro en su cabello.

-       ¿Sí?

-       Vayamos a dormir- me apartó un poco para mirarla a los ojos. -Creo que ambos tuvimos un día bastante largo y es hora de descansar.

-       Está bien, iré a acomodar el sofá...

-       No- la detengo antes de que diera un paso.

-       ¿No?

-       Si estas de acuerdo, podemos compartir la cama.

-       Damian...

-       No intentaré hacer nada- levanto las manos en rendición. -Lo juro.

Violet me miró con duda al principio, pero sus ojos se posaron en la cómoda y tentadora cama, haciendo que no pudiera resistir mi propuesta.

-       Bueno- dijo en voz baja.

-       ¿Cómo? Creo que no te escuché bien- me burlo.

-       Cállate- exige entre una risita. -Vamos antes de que me arrepienta.

-       Bien, tú ganas, pero primero iré a ducharme y cambiarme de ropa.

-       ¿Te importa si no te espero despierta?- hizo un ademán. -De verdad estoy muy cansada.

Sonrío sutilmente antes de dar un paso hacia ella y depositar un pequeño beso en su frente.

-       Tranquila, tú duerme- respondo.

En cuanto Violet se fue a la cama, di media vuelta para buscar mi short de pijama en el armario y después proseguí a entrar en el cuarto de baño. Necesitaba relajar los músculos tensionados por el estrés. Hoy fue un día de locos y sin duda mi mente y cuerpo estaban agotados.

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