Capítulo 24

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El camino de regreso lo sentí igual de largo, pero gracias a Dios, después de un día tan pesando, por fin logramos llegar al puerto de nuestro hotel.
Todos estábamos muertos de cansancio, pero las personas encargadas de recibirnos nos dieron una invitación directa al restaurante, lo cual fue bastante conveniente, ya que ninguno había probado comida desde el desayuno.
La gran mayoría decidió dejar pasar la cena e irse a descansar a su habitación, pero Damian y yo no, nosotros seguimos nuestro camino hacia el restaurante, donde nos volvieron a colocar en una mesa compartida, esta vez con lo que creímos era un matrimonio de viejitos.

- Buenas noches- dijo Damian educadamente.

- Muy buenas noches- respondieron al unísono.

Damian me sacó una silla para que pudiera sentarme y en cuanto lo hice la recorre hasta la mesa antes de tomar el asiento que estaba a mi derecha.

- Me llamo Nancy Carroll y él es mi esposo Alaric- dijo la mujer con una voz dulce.

- Un placer. Soy Damian Shaw y ella es Violet Sheridan.

- Pues cariño, déjame felicitarte, tienes una esposa muy hermosa- Nancy nos guiña un ojo.

- Oh no...

- No, no...

Ambos nos pusimos un poco nerviosos e intentamos corregir aquel error, pero sólo nos interrumpíamos con nuestros penosos balbuceos.

- Ella no es mi esposa- logró decir finalmente.

- ¿Prometida?- dijo Alaric.

Negamos con la cabeza.

- ¿Novia?- Nancy siguió.

Miré a Damian rápidamente de reojo, notando la misma la incomodidad que yo sentía. Se nos estaban agotando las formas de negar, lo único que nos quedó por hacer fue apretar los labios y apartar la mirada de uno del otro.

- La verdad es que somos amigos accidéntales- digo en tono de broma.

- ¿Amigos accidéntales?- repitió Nancy.

- ¿Y cómo es eso?- preguntó Alaric.

- Bueno... nos conocimos por accidente- empiezo a explicar. -Se suponía que yo vendría a este lugar con mi mejor amiga, pero ocurrió un error y en su lugar vino él.

Se sintió extraño decirlo en voz alta, como si estuviese contando una tragedia en lugar de una anécdota. Mi intención no fue menospreciar a Damian, por lo contrario, yo sólo quería aclararles a esta pareja de una vez por todas cual era nuestra situación sentimental, ya que parecía muy de su interés, aunque estoy comenzando a pensar que lo elegí no el tono ni las palabras correctas.

- Mi querida niña, permíteme el atrevimiento de decirte una cosa- Nancy se acercó más a la mesa. -Una vez conocí a alguien por "error"- hizo una seña de comillas con los dedos. -Tomó el tren equivocado y acabó en un pueblito de Kansas conmigo sin saber que hacer porque no tenía ni un solo centavo.

- ¿Y qué fue lo qué le pasó? ¿Como hizo para regresar a casa?- preguntó curiosa.

- No lo hizo.

No pude evitar hacer un ademán ante su respuesta.

- Decidió quedarse y ahora estamos celebramos cincuenta años de casados-tomó la mano de Alaric y le dedicó una dulce sonrisa.

Me hubiera gustado ver la evidente expresión de sorpresa en mi rostro, la cual les causo una sutil risa.

- Mi querida niña, no existen los errores ni los accidentes, pero sí el destino- me guiñó un ojo.

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