- Violet, ¿Eres tú?- escucho la voz de Emily un poco lejana.
- Sí, soy yo- digo fuerte, intentando que me escuche.
Emily salió de su habitación a toda prisa. Se nota que se había encerrado para trabajar en los pedidos de sus clientes, la pobre tiene toda la maquinaria y prendas de ropa amontonadas en su habitación, ya que no hay otro lugar en el departamento en donde pueda dejarlas. Vivimos en un pequeño huevo y nos tenemos que adaptar a él.
- ¿Qué haces en casa tan pronto?
En definitiva, estaba trabajando en sus diseños, lo supe por la típica ropa holgada que llevaba, la cual consistía en un overol más grande que su talla normal y un top blanco. Eso sin mencionar que no llevaba ni una gota de maquillaje y que tenía el cabello recogido en un moño alto.
- ¿Te sientes bien? ¿Ha pasado algo?
Como siempre, ella preocupándose más de lo necesario.
- He renunciado- suelto sin más.
- ¡¿QUÉ?!- corrió hacia mí. -Gracias a Dios.
No mide evitar poner los ojos en blanco y mirarla con mala cara.
- Quiero decir: oh no, que mal, ¿Qué pasó?- dijo con sarcasmo.
- No tienes porqué ser así.
- Lo siento, esas son las primeras buenas noticias que escucho en mucho tiempo y no pude contener mi entusiasmo.
Emily me ayudó dejar mis cosas en el sofá, después de sentó en él y yo fui directo a la cocina para prepararme algo de comer.
- ¿Vas a decirme qué pasó?
- Es una historia larga y no quiero agobiarte con eso.
- ¿En serio esperas que me quede tan tranquila después de saber que has renunciado por fin a tu horrible trabajo?
- Pues si, eso esperaba- digo frustrada, apoyándome en la isla de la cocina.
- Olvídalo, así que cuenta de una vez.
Emily no es de las que se rinden fácilmente, si ella quiere algo no se rinde hasta conseguirlo. No puedo ni contar la múltiples veces que me ha hecho contarle hasta el más insignificante secreto de mi vida, siempre encuentra la manera de hacerme hablar, así sea por las buenas o poniéndose muy pesada hasta lograr que se lo diga todo sólo para poder quitármela de encima.
Durante mis sesiones de terapia aprendí que es bueno hablar con alguien de confianza sobre las cosas que son una carga para nuestros hombros, de esta forma nos sentiremos más libres y tranquilos, aunque mi terapeuta nunca estuvo informada de lo loca que está Emily, podría decirse que está como una cabra, es impulsiva y un poquito vengativa, si por ella fuera correría en ese instante hacia la oficina y le prendería fuego a la oficina de mi jefe o cuando mínimo le rompería todos los cristales del auto.
Con eso no quiero decir que mi amiga es una mala persona, por lo contrario, ella haría cualquier cosa para cuidarme y para hacerle entender a los demás que no pueden meterse conmigo sin tener una consecuencia a cambio, y es entendible, muchas veces me ha visto estar mal por personas que no valen la pena. Supongo que ese sentimiento de sobreprotección no podré quitárselo jamás, ella ahora es como una hermana para mí y sé que siempre estará a mi lado, así sea en momentos buenos como en los malos.- Tuve que renunciar a mi trabajo porque el cerdo de mi jefe se robó mi proyecto y lo estaba presentando como suyo a toda la junta directiva- explico brevemente.
- Aguarda, aguarda, ¿Dijiste que tu jefe se robó tu proyecto?- repite perpleja.
- Seh...
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Juegos de Amor
Подростковая литератураEl destino tiene sus bromas y trucos. A veces, las cosas se salen de control y cambia por completo la dirección de tu vida. Para Violet, fue así, ella no esperaba volver a relacionarse con ningún hombre jamás, no soporta estar en presencia de uno má...