Damian me estaba besando. Era real.
Al principio no supe cómo reaccionar, me había sorprendido dodo por completo, no esperaba que me besara a mí, pero debo confesar que se sintió tan diferente a los besos que he dado en mi vida.
Aún recuerdo mi primer beso, fue con un chico de secundaria, ambos nos gustábamos y decidimos encontrarnos debajo de las gradas del campo de fútbol. Ahí fue donde nos dimos nuestro primer beso, pero ninguno sintió algo especial, fue más bien un beso insignificante, por lo que decidimos dejar de vernos, descubrimos que en realidad no sentíamos nada el uno por el otro.
Después de mi primer beso, vino mi primera relación, y por un tiempo, los besos que me daba con aquel chico fueron sinceros y llenos de lo que pensaba era amor, hasta que poco a poco dejé de sentir algo por él y esos besos se convirtieron en un compromiso ineludible. Ya no había nada en mi corazón, eran muestras de afecto vacías, sin importancia, que sólo me hicieron miserable con el paso del tiempo, ya que nunca fui capaz de terminar con esa relación.
En cambio, este primer beso con Damian es como yo siempre creí que se sentiría. Estaba cargado de emoción, ansia y sinceridad, a pesar que no era un beso apasionado o desenfrenado como los que vemos en las películas, este beso fue casto y muy tierno.No quería separarme de él, esperaba poder sentir sus suaves labios un poco más, pero Damian se apartó lentamente.
- Me pediste que eligiera y eso hice- dijo mirándome directo a los ojos. -Te elijo a ti.
Mi corazón empezó a palpitar con fuerza, como si quisiera salirse de mi pecho.
- Sé que no debí besarte de esta forma, sin tu consentimiento, pero quería que supieras que para mí no hay nadie...
Ni siquiera lo dejé terminar su frase cuando lo tomé del cuello con mi mano derecha y lo volví a atraer hacia mí con fuerza, volviendo a unir nuestros labios. No me importaba nada, en este momento no existía nadie más a nuestro alrededor, éramos sólo nosotros.
Quería creer que esto podía ser posible, que mis miedos e inseguridades no interferirían en mis decisiones ni en los sentimientos que estoy comenzando a tener por Damian, pero no fue así. Mi mente jugó de la peor manera conmigo al hacerme recordar aquella macabra sonrisa que me persigue hasta en mis peores pesadillas.Sin poder evitarlo, me aparté al instante de Damian y él me miró confundido y un poco preocupado.
- ¿Qué pasa?- intentó acariciarme la mejilla con el dorso de sus dedos, pero di un paso atrás involuntariamente. -¿Violet?
Capté un tono de angustia en su voz.
- Tengo que irme.
Esta vez no dejé que Damian me detuviera, di media vuelta y salí huyendo de ahí, aún pensando en ese beso.
No fue fácil abrirme paso entre todas las personas, pero en cuanto logré salir del lugar corrí hacia mi habitación, donde entré como si mi vida dependiera de ello y recargué mi espalda en la puerta, intentando tranquilizar mi acelerada respiración.
Necesitaba con urgencia algo que me relajara los nervios y me despejara la mente, pensé que lo mejor sería darme una ducha caliente, por lo tanto, tomo del armario mi pijama y de inmediato me meto en el cuarto de baño para preparar todo lo necesario. Esta vez usaría la tina.
Mientras abría el grifo, escuché que abrieron la puerta de la habitación, sin duda era Damian quien venía en busca de respuestas. Últimamente me he estado comportando de una manera un tanto bipolar y no es justo para él que lo siga confundiendo.- ¿Violet?- llama a la puerta tres veces.
- ¿Sí? ¿Qué pasa?
- ¿Puedo entrar?
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Juegos de Amor
Teen FictionEl destino tiene sus bromas y trucos. A veces, las cosas se salen de control y cambia por completo la dirección de tu vida. Para Violet, fue así, ella no esperaba volver a relacionarse con ningún hombre jamás, no soporta estar en presencia de uno má...