Juegos de Amor

Capítulo 21

Violet

El suave y cálido tacto que sentí sobre mi brazo izquierdo hizo que se me removiera el poco sueño al cual he estado aferrada hace más de diez minutos. No quería despertarme, estaba muy cómoda y había descansado como hacía tiempo no lo hacía. No recuerdo mucho de la noche anterior, sólo sé que me entró un repentino cansancio después de escribir un nuevo artículo para presentarle a la junta en cuanto regresé de viaje, y que aprovechando que Damian había salido de fiesta decidí tumbarme en la cama y dormir un poco. Después de eso, estoy segura de que dormí como un tronco porque no me acuerdo de nada más.
Me negaba a despertar completamente, pero el sol que entraba ligeramente por el ventanal fue muy imprudente al iluminarme con sus rayos. Por lo tanto, no me quedó más opción que comenzar a abrir poco a poco los ojos, tratando de acostumbrarme al brillo del día.
Todo iba excelente, hacia una mañana preciosa, había descansado como nunca, pero hubo algo que captó mi atención al instante, una superficie dura y cálida en la cual estaba recostada. Tardé un poco en estar totalmente consciente, aunque mis ojos no necesitaron de más tiempo para se abrieron enormemente al ver torso bronceado y musculoso en donde tenía mi mejilla apoyada.

Trago grueso al ver un abdomen definido subir y bajar lentamente gracias al estado adormilado. Lentamente recorro con la mirada todo el torso y voy subiendo cuidadosamente mi cabeza hasta lograr ver el rostro de o persona durmiendo a mi lado. Y fue en ese preciso momento que mi corazón se detuvo por un breve instante al ver a Damian dormir pasivamente, abrazando mi cintura.
Por primera vez en toda mi vida me sentí segura en los brazos de un hombre. De un hombre que entró en mi vida de manera imprevista, pero que se ha mantenido como un amigo incondicional. Nunca me hubiera imaginado, ni siquiera en mis sueños más locos, que permitiría que alguien volviera a acercarse a mí después del infierno que viví, pero con Damian es diferente por alguna extraña razón que ni siquiera yo me puedo explicar, aunque se siente muy bien tenerlo a mi lado.

Al principio creí que mi acercamiento a él se debía a mi atracción, pero esto es mucho más que eso, me siento segura, tranquila y de alguna manera también feliz. Incluso me hace desear poder abrirme poco a poco y dejar que me conozca en realidad, pero luego recuerdo que eso llevaría a un cierto riesgo que no estoy dispuesta a correr y es cuando levanto nuevamente mis muros, dejándolo fuera completamente.
De pronto, Damian empezó a remover su cuerpo como señal de que estaba a punto de despertar. No quería que me encontrara abrazada a su cuerpo, así que aproveché la oportunidad para levantarme y escapar de su lado antes de que se diera cuenta de la posición en la que nos habíamos quedado dormidos. Aún es muy temprano para comenzar una discusión, así que preferí mantenerme a raya y esconderme un momento en el cuarto de baño. Quería que Damian tuviera un poco de espacio y despertara solo como está acostumbrado, no quiero ser un estorbo y mucho menos obligarlo a pretender que no está un poco fastidiado por que invadí su cama sin previo aviso. Después de todo, él y yo habíamos quedado en un trato, yo dormiría en el sofá y él en la cama, pero anoche decidí olvidarme de ese acuerdo y el hombre no tuvo más opción que dormir junto a mí.

Siendo honesta, me sentía un poco apenada, pero no me arrepentía de absolutamente nada.

-       ¿Violet?- llamó a la puerta con unos suaves toques.

Los nervios invadieron mi estómago, pero debía controlarme.

-       Ammm... ¿Si? ¿Qué pasa?- respondo con un poco de tartamudeo.

-       Quería saber si estabas bien.

Frunzo el ceño confundida.

-       ¿Por qué lo preguntas?

-       Anoche...

-       Oh, sí, lamentó tanto haberme quedado dormida en la cama.

-       ¿Qué?