Capítulo 40

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No pude decir nada más, fuimos interrumpidos por la llegada de un pequeño ferry que nos llevaría de regreso a Nadi. Todos comenzaron a subir, incluido Damian, y al verlo alejarse me di cuenta de lo que estaba perdiendo. No estaba lista para dejarlo ir, quería correr tras él para abrazarlo, besarlo y decirle que yo también lo amaba, que siempre lo he hecho, pero me sentía abrumada por todas las cosas que estaban sucediendo de manera repentina entre nosotros y que fue eso lo que provocó una explosión de miedos e inseguridades que el desgraciado de mi ex novio implantó en mi cabeza hace años, y fueron los mismos que hablaron por mí ayer.
Quería decirle tantas cosas, pero ya no había tiempo, nuestros caminos se separaron y no podía hacer nada al respecto.
Preferí dejar de pensar en mi situación con Damian y sin más demoras, subí al ferry.
Empezaron a distribuirnos en los asientos, aunque yo tomé uno del fondo para estar más lejos de Damian, por suerte, elegí uno que estaba en una de las esquinan del lado derecho con ventana, por lo que me permití mantener la vista en el océano durante el resto del viaje, al menos así estaría distraída. También saqué de mi bolso mi teléfono y el delgado cordón blanco de los audífonos para escuchar un poco de música mientas pasaban las cuatro horas.
Presioné mi dedo sobre el icono de música y sin tener ninguna preferencia, reproduje las canciones aleatoriamente. Nunca he sido una persona muy atenta al sonido o letra de las canciones, mi gusto va más allá de eso, cada vez que guardo una es porque me hizo sentir alguna emoción: nostalgia, tristeza, alegría, entusiasmo, etc. Aunque la canción que comenzó a reproducirse captó mi atención al instante, era Home de Freya Ridings, y por primera vez me sentí identificada con lo que ella cantaba. Escuchaba con mis oídos, pero era el corazón quien sentía cada palabra describiendo a la perfección mi situación, sobre todo en la parte donde dice: "He estado sola siempre, pero tú te sientes como en casa." Damian era mi lugar seguro, mi refugio, mi hogar, y no importa cuanto trate de olvidarlo o alejarlo de mí, él siempre será lo que yo...¿Necesito?

Le di vueltas a todo lo que había sucedido y estuve pensando en lo que sucedería a partir de ahora, pero sólo me estaba atormentando. Fue por eso que decidí distraerme con otra cosa, y recordé el artículo que están esperando a que presentará una vez estuviese devuelta en la oficina, así que utilicé eso y comencé a escribir en mi teléfono un nuevo artículo sobre como poco a poco vamos subestimando la empatía y a la conexión emocional que se tiene con una persona. Esta idea es inspirada en como yo dejé de creer que alguien vendría salvarme de la oscuridad en la que me encontraba, no por decisión propia, sino por resultado de una situación que dejó una marca permanente. No tenía ni idea de que encontrar a la persona correcta podía devolverte el sueño de un nuevo comienzo.
Durante las siguiente hora estuve tan concentrada en terminar mi artículo, que al terminarlo no me di cuenta en que momento había perdido completamente el conocimiento hasta que sentí una agitada en mi hombro izquierdo.
Lentamente fui abriendo los ojos y enderezando mi cuello, ya que me había quedado dormida con la cabeza apoyada en el cristal de la ventana.

- Señorita, hemos llegado a puerto- dijo un hombre a mi lado.

- Gracias.

Aún estaba un poco desorientada por el sueño, pero alcancé a ver que solamente había tres personas tomando sus cosas para salir, Damian ya no estaba, se fue sin decir un último adiós. Eso bastó para que recuperara mis cinco sentidos y me dispusiera a tomar mi equipaje.
Al salir a puerto, un último taxi esperaba por mí. De inmediato entre en él, le pedí que me llevara directo al aeropuerto y cerré los ojos, tratando de encontrar un mínimo de paciencia dentro de mí que me ayudara a superar el tiempo que estuviera en este auto.
No pude evitar preguntarme en dónde estará Damian, ¿Ya habrá llegado? ¿Estará decidido en cambiar su vuelo? ¿Tendrá el valor de subirse a ese avión? O mejor dicho: ¿Tendré yo el valor de dejarlo ir?
Muchas cosas seguían pasando por mi cabeza, sobre todo escenarios donde él y yo estamos juntos sin importar en dónde, sólo es cuestión de decir una palabra... Quizás dos para hacerlo quedarse. ¿Pero y si ya es demasiado tarde? No, debo hacer lo correcto y dejar que tenga una vida sin problemas, no seré egoísta.

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