A pesar del cansancio, calor y el ligero sudor que envolvía mi cuerpo en una fina capa, Damian y yo no paramos de bailar. Para nosotros no existía nadie más a nuestro alrededor, creíamos que éramos los únicos en la pista de baile, pero sabíamos que la fiesta y la noche no serían eternas.
- Ahora vuelvo, espérame aquí- dijo, separándose de mí. -Iré al bar por dos botellas de agua.
Me dio un rápido beso en la mejilla izquierda y desapareció entre la multitud. Mientras tanto, yo aproveché esa oportunidad para dejar de bailar y descansar un momento, ya que mis pies me dolían un poco y mi cuerpo no paraba de exigirme aire fresco para bajar la acalorada temperatura.
Esperando a que Damian apareciera, no pude evitar mirar a las personas a mi alrededor, la mayoría eran parejas jóvenes que no paraban de sonreírse mientras bailaban, demostrándose también cuanto se querían con besos. Todos parecían sacados de una película de amor, donde las parejas no aparentan nada más que perfección y ternura. De hecho, estoy casi segura de que Damian y yo mostramos la misma imagen, sólo que nosotros hemos estado tan distraídos para darnos cuenta de ello.
Ya había olvidado lo que se siente tener a alguien a tu lado que te haga feliz, alguien con quien no pares de sonreír y sin importar lo que hagas siempre te hace sentir confiada. Aunque si soy completamente sincera conmigo misma, dudo que alguna vez haya sentido eso con alguien más.- Hola, guapa.
Una voz desconocida me hizo girarme hasta encontrarme con un hombre alto, rubio y sin camisa, pero tenía una enorme sonrisa en el rostro y unos ojos azules bastante enrojecidos.
- Te he estado admirando toda la noche- dijo, inspeccionándome de arriba a abajo sin pena alguna. -¿Quieres bailar?
- No... No, no gracias... Estoy esperando a alguien. -No pude evitar tartamudear.
- Oh sí, el musculoso con barba ¿cierto?
Dio un paso más hacia mí, haciéndome retroceder al instante, al tiempo que me cubría el pecho con los brazos, como si fuera un escudo protector.
- ¿Es tu novio o algo así?
No respondí, simplemente seguí dando pasos hacia atrás, pero él no desistió en acercarse.
- ¿Qué quieres?- preguntó directamente.
- Ya te lo dije, quiero que bailes conmigo.
- ¿Por qué?
Me mira extrañado.
- ¿Acaso necesito de una razón para querer bailar contigo?
- Así es, ni siquiera te conozco.
- No es necesario para lo que haremos.
- ¿Y qué haremos?
Sin previo aviso, se lanzó sobre mí, tomó mi cintura y me jaló hacia él, apretujándome contra su cuerpo. Yo traté de poner mis manos sobre su pecho para tratar de empujarlo, pero este chico me retuvo con fuerza entre sus brazos.
- Por favor déjame ir- digo, tratando de que no se noten mis nervios en la voz.
- No seas antipática- dijo con una sonrisa arrogante en sus labios. -Me has tenido duro toda la noche con sólo mirarte bailar en ese hermoso vestido pegado a tu cuerpo y lo único que quiero es tenerte un momento para mí.
- Por favor suéltame.
Se rió en mi cara antes de inclinarse y besarme en la boca. Al instante, todo mi cuerpo se removió ante el asco y la desesperación por liberarme, pero este chico me estrechaba cada vez más fuerte, a tal grado que comenzaba a hacerme daño.
Ni siquiera sé cómo obtuve el valor suficiente para aflojar un poco mis labios y morderlo sin importarme nada. El chico me liberó en ese mismo momento y se llevó la mano derecha hacia la boca, tocando por encima la gota de sangre que sobresalía en su labio inferior con sus dedos.
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Juegos de Amor
Teen FictionEl destino tiene sus bromas y trucos. A veces, las cosas se salen de control y cambia por completo la dirección de tu vida. Para Violet, fue así, ella no esperaba volver a relacionarse con ningún hombre jamás, no soporta estar en presencia de uno má...