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Alysa mentiría si dijera que no estaba aterrada, las fiestas de navidad desde que su madre falleció nunca más tuvieron sentido alguno, muchas veces trato de conservar el espíritu navideño en su hogar junto a un Eric pequeño, ponía el pequeño árbol artificial ya desgastado son solo un par de esferas maltratadas, mientras le cantaba villancicos de esperanza a su hermanito su padre se pasaba la noche en botella tras botella, solo había recibido un regalo en toda su vida entera y fue el consejo de su querida madre María 

Busca aquello que te haga feliz y lucha por mantenerlo seguro 

Le dijo a su querida niña de once años, meses antes de que partiera de este mundo a causa de una grave neumonía, esas palabras la motivaron toda su vida y así consiguió un trabajo más que estable y muchos billetes, al principio creía que eso era la felicidad, que equivocada estaba y cuando se reunió con su hermanito y reparo su relación con el, pudo sentir un pedazo de su madre en Eric y pudo sentirse en casa, luego conoció a una increíble mujer que hacía de luz en su oscura vida, llego tan de repente y de esa misma forma perduraba, haciendo alegre la marchita vida <como ella lo considera> no sabía que hizo para merecerla y muchas noches se quedo mirando hacia el techo pensando en una posible respuesta pues desde que tiene memoria ella no ha sido ni en lo más mínimo una buena persona, pensó tanto que el recuerdo de como le disparo a alguien comenzó a atormentarla de nuevo, había sido una necesidad y si no lo hubiera hecho tal vez ya no estaría en este mundo aunque ¿Qué más daba si ya no seguía aquí? eso hubiese pensado si como ahora no tuviera una razón para levantarse y continuar, no se dio cuenta de cuando el llanto rodó, su visión se hacía borrosa y bajo la velocidad del automóvil para evitar un accidente, el invierno siempre la hacía rememorar su pasado, vivió tantas cosas en la calle que desearía no haber hecho. Le tomo unos minutos calmarse y una hora después ya estaba entrando por el jardín de la casa de la omega, estaciono y bajo, apenas dio un par de pasos cuando Aria salió y se abalanzo sobre ella dándole un abrazo de oso y enrollando las piernas alrededor de su cadera, las feromonas alegres acariciaron suavemente su nariz, el olor de su perfume y shampoo también lo noto, su cuerpo se amoldo perfectamente al de ella y la calidez la invadió, la risa de la castaña le inundo el corazón, cuanta falta le hizo y cuando se soltaron la omega le dio un gran beso como bienvenida hasta que el rastro de feromonas tristes la intrigo

Aria: Alysa ¿estas bien?

Alysa: Si, no es nada, no te preocupes

La castaña aun dudando dijo:

Aria: Se que algo te paso ¿a quien debo golpear?

Esto ultimo hizo reír a la pelinegra pero viendo la cara seria de Aria rápidamente borro su sonrisa

Alysa: No es nada, ¿esta bien?

Aria: Si tu lo dices

Su platica termino con los ladridos de laika persiguiendo a antonia por todos lados y luego la omega la invito a pasar

Alysa: y ¿tus abuelos?  -preguntó dejando a un lado las maletas-

Aria: Están fuera, llegaran hasta tarde, ven a comer

Y siguió a la omega por el comedor donde la comida ya estaba servida, se sentaron y disfrutaron de las delicias que la omega había preparado pero Alysa no estaba del todo ahí, su mente aun vagaba en los recuerdos y su corazón era preso de la tristeza, cosa de la que Aria se dio cuenta y optó interrogar a la alfa después, cuando terminaron ambas lavaron los platos algo que termino en una pequeña guerra de espuma, así que tuvieron que subir para cambiarse y este era el momento de la castaña para averiguar que pasaba con su novia, espero a que esta saliera del bañó y dejo salir la pregunta bomba 

Si no me hubieran obligado a volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora