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Aria fue guiada por un par de pasillos por su compañera, se detuvieron en una gran puerta de madera y al entrar observo una oficina de estilo minimalista que alternaba en colores grises y marrones cálidos, tenía un gran ventanal de vidrio que daba a una vista excelente de la ciudad y que además daba una iluminación natural durante el día, libreros, archiveros y credenzas, en el centro yacía un escritorio estilo futurista de madera y tablones igual gris, una silla ultracomfort pero lo que más noto fue una placa personalizada que tenía grabado en letras doradas: 

"Dra. Alysa Fotiou" 

Aria: wow doctora ¿eh? 

Alysa: ¿Ah? si curse un doctorado

Por la grata sorpresa la pelinegra casi se olvida de preguntar

Alysa: ¿Cómo supiste donde encontrarme?

Aria: bueno digamos que... le pregunte a Eric

Alysa: Ya veo 

Aria: ¿te agarre ocupada?

Alysa: un poco si, solo déjame hacer una llamada y un par de papeles y seré completamente tuya, adelante siéntete cómoda aquí 

La castaña dejo un rato a la pelinegra para que terminara con sus asuntos, camino hasta el ventanal y se sentó en uno de los muebles que ahí habían. Mientras Alysa recogió el ramo y leyó la pequeña dedicatoria que decía

*Eres el efluvio que enreda mi corazón y que hace que te busque entre los luceros*

Una frase que hizo que el corazón de la alfa se estremeciera ante tal declaración y no evito mirar con gran cariño a la chica que estaba ahora entretenida en la pequeña sala

la vista sin duda era genial para ser una ciudad, las luces cambiantes, la arquitectura de los edificios y la gente cruzando de aquí para allá, paso casi una hora cuando de repente sintió una mano posarse en su hombro cosa que la sorprendió pues estaba distraída en su propio mundo de pensamientos

Alysa: He terminado ya, vamos 

dijo regresando a su escritorio por su bolso y en la puerta se detuvo esperando que Aria la siguiera, salieron de la oficina y del edificio y la alfa caminaba hacia su auto cuando la omega le dijo

Aria: He traído mi camioneta también

Alysa: Iremos en mi auto ¿te parece?

Aria: Si esta bien 

Las mujeres se subieron al tesla negro, Alysa manejaba mientras Aria le contaba de su viaje a la ciudad, las platicas eran amenas y divertidas gracias a las locuras y ocurrencias de la castaña, viajaron hasta alejarse del centro y se detuvieron en un restaurante Rumano, era un lugar de reservación y gracias a que la pelinegra pago una pequeña cantidad les dieron una mesa, el lugar era uno al aire libre, con ricas decoraciones madera de naranjo y estaba combinado con un ambiente natural de arboles y arbustos, fueron conducidas a una mesa al lado de la acera y que daba una vista a un barrio colorido, una vez en la mesa Alysa pidió la mejor cata de vino que llego minutos después junto con quesos, aceitunas y rollitos de carne como aperitivos. Para la menor el sabor de los quesos era demasiado fuerte así que hizo pequeños mordiscos, cuando la carta llego ordenaron y comenzaron con su habitual conversación

Si no me hubieran obligado a volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora