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Esta vez era diferente, no estaba Aria por ningún lado ni en algún momento, todo era negro y el único sonido era una especie de golpe contra una madera, si, justo así, de repente una luz cegadora se abrió paso por todo el lugar obligándola a cerrar los ojos y tapárselos con las manos pero aun así sentía como esa energía traspasaba su carne como transparentándola, le tomo unos segundos darse cuenta de que la luz se había reducido y con cuidado bajo la manos y abrió los ojos. Un bosque en pleno invierno con la nieve cubriéndola cual manta, arropando consigo la vegetación del suelo, miro a su alrededor intentando buscar alguna señal de la castaña pero no encontró nada, de nuevo ese sonido, a la lejanía y forzó su audición, la madera siendo maltratada, no le hallaba explicación alguna pero quería averiguar de que se trataba ¿sabia que estaba en un sueño? si ¿intento despertar de este? por su puesto pero por alguna razón por más que apretó los ojos no pudo hacerlo, solo le quedo seguir el sonido cuanto antes se termine esto mejor se dijo a si misma, camino por unos momentos, sin rumbo, algunas veces dio vueltas en círculos o cambiaba abruptamente de dirección, no había alguna referencia, sin troncos raspados o huellas solo nieve y ramas crujientes, estuvo a punto de rendirse cuando, un berrido resonó por el área pero sin duda venía de más adelante y rápidamente camino hacía el sonido, tuvo que atravesar algunos difíciles arbustos y piedras resbalosas, camino de prisa y cuando dio la vuelta por la maleza casi choca con un ciervo, este simplemente la miro y sacudió su cornamenta, Alysa pensó que estaba a nada de ser atacada y cerrando los ojos espero a que el golpe llegara para poder despertar pero nunca paso y cuando abrió los ojos vio al animal del otro extremo del pequeño cuadro en el que se encontraba, este bramó y comenzó a caminar perdiéndose entre la vegetación

Alysa: No, no 

Dijo recuperándose del susto y camino hacia la dirección en el que el ciervo se había ido, el ruido de las ramas y del animal la guiaron haciéndola adentrarse aun más en el espeso bosque, siguió hasta toparse con un pequeño riachuelo y nuevamente el animal apareció delante suyo, la alfa quiso acercarse pero este a punto de ser tocado se desvaneció como polvo, volando formo un remolino que sacudió a Alysa y no supo en que momento una mujer apareció, llevaba un vestido amarillo algo gastado y cuando la vio a la cara casi se caía de la impresión, mejillas sonrosadas, cejas negras, labios finos y esos ojos, los mismos que tenía su hermano menor

Alysa: ¿Mamá?

Preguntó con voz débil apenas creyendo a quien tenía de frente, la mujer le sonrió como alegrándose de ser reconocida pero tan pronto como llego empezó a caminar

Alysa: ¡Espera! ¡espera por favor!

Rogo viendo a su madre irse y sin perder tiempo corrió detrás de ella pero por más que se esforzaba parecía no moverse mucho, la mayor siguió tranquila su camino, nada perturbo su andar y tampoco miro atrás, la alfa aun siguiéndola pregunto:

Alysa: Mamá, por favor, dime a donde vamos 

Su voz seguía débil, pasaron los segundos y cuando pensó que no abría respuesta

Busca aquello que te haga feliz y lucha por mantenerlo seguro

No tenia idea de a que se refería con eso pero siguieron caminando

Recuerda hacia donde te guio 

Instruyó, tampoco sabía que trataba de decirle aun así obedeció, el camino continuo recto, nunca doblaron, solo recto, pasaron al lado de un gran árbol caído, más adelante por un camino de hongos bastante grandes, por consiguiente una cabaña abandonada y finalmente llegaron hasta una completamente conservada, en medio de la nada, sin luces, ni auto, ni nada

Alysa: ¿Qué hacemos aquí?

Aquí es donde debes buscar

Alysa: ¿Que?

Ven a buscarla, un pueblo desviado de la ciudad, aquí esta

La alfa seguía sin entender hasta que cientos de flashes la golpearon y entre ellos pudo distinguir cabello castaño y ojos miel bastante aterrados, Aria, era Aria, la vio dentro de esa casa, vio y sintió su temor, escucho su llanto y olfateo su miedo, las luces continuaron sofocándola. Con un grito despertó, estaba bañada en sudor y le faltaba el aire, aun estaba aturdida por lo que acababa de pasar pero se obligo a recordar el riachuelo, el gran árbol, los hongos crecientes y lo que le dijo su madre, desviado de la ciudad se repitió varias veces con tal de grabárselo en la mente, necesito respiraciones profundas para calmarse y cuando lo hizo miro la hora 5:46 apurada tomo su teléfono y llamo al detective

Iré ahora mismo

Dijo Mirano y colgó, las emociones aun la golpeaban, le había contado al detective lo que paso, obviamente omitiendo la parte de que era un sueño, tuvo que decirle que había sentido a la omega gracias a la mordida y de que tenía una idea de donde estaba, sabia que si decía la verdad corría el riesgo de que el Mirano hiciera caso omiso, no perdía nada con intentarlo, estaba muy segura de que el lugar que soñó era en donde podía hallar a Aria

Si no me hubieran obligado a volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora