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1 de febrero y por lo que hoy considero un gran día se levanto con demasiada energía ante sus maravillosos planes, justo ayer después del permiso de su hermano se armo de valor para ahora llamar a la omega e invitarla a pasar la tarde juntas, con muchos nervios le pregunto si quería venir y lo que recibió fue una respuesta afirmativa. Eran las ocho de la mañana pero poco le importo si aun era temprano se levanto emocionada, comió feliz su desayuno y luego alimento a laika la cachorra de la pareja y que estos por alguna extraña razón tenían una burra llamada antonia, en fin las alimento y acompaño a hacer sus necesidades fuera, estaba tan inmersa en sus pensamientos hasta que una llamada la saco de su trance, emocionada pensó que podría ser Aria pero no, era Sara, aun así contesto 

Alysa: ¿Bueno?

Sara: ¡hey! ¿Qué tal tus vacaciones?

Alysa: No las consideraría vacaciones

Sara: Lo es si no estas atrapada en una oficina

Alysa: ¿Estas bien con eso?

Sara: Si solamente lo dije, no te preocupes que todo va bien por aquí 

Alysa: Eso espero o mi esfuerzo de diez años se ira por la basura

Sara: ¿Qué insinúas? -dijo fingiendo estar ofendida-

Alysa: Solamente lo dije, no te preocupes que todo va bien por aquí 

Sara: Touché, bueno te dejo ¡que te valla bien es tu cita, usa preservativos!

Rápidamente colgó, lo ultimo la había dejado con un gran sonrojo y sin quererlo se imagino el bello cuerpo de la omega, su piel, sus pecas, clavículas y...tuvo que sacudir la cara para borrar esas imágenes de su cabeza, no quería pensar que quería a la omega solamente por su físico. La cachorra regreso junto a la pollina, el día pintaba a ser algo especial, el cielo estaba completamente azul y despejado solo había unas cuantas nubes, el sol brillaba derritiendo la nieve y el viento estaba tranquilo, así que decidió sentarse en el césped viendo jugar al par de animalitos que se perseguían y mordían desencadenando una pequeña lucha, no se dio cuenta de cuanto tiempo paso hasta que escucho la voz de su cuñada llamándola a almorzar, llamo a los animales y entro con ellos a la casa, con una sonrisa y con la mente vagando en otro universo comió, lavo su plato y se disculpo para irse a su habitación y prepararse de una vez ya que le costaba un poco debido al dolor, con cuidado se baño para después limpiar su herida y ponerle vendas nuevas, se decidió por unos pantalones negros y una camisa rosa vieja, se peino y maquillo como de costumbre solo que esta vez estaba escuchando música, como podía bailaba alegre y cantaba lo mejor entonada que podía, vio la hora en su celular: 3:46, se supone que Aria estaría aquí a las 4:30, ya casi. Recostándose en la cama decidió descansar del esfuerzo anterior de arreglarse, la música no se detuvo, escuchaba country romántico mirando hacía el techo con una gran sonrisa, cerro los ojos un rato sintiendo con claridad todas esas emociones que yacían en su pecho: amor, alegría y paz, se dio cuenta de cuan fácil es perderse en el camino del destino, viendo que casi era hora se levanto, tomo su teléfono y pauso la música para salir en busca de Eloísa, la encontró en la sala

Alysa: Eloísa

Eloísa: ¿Si Alysa?

Alysa: ¿crees que puedas prestarme una manta?

Eloísa: Iré en busca de una

Un par de minutos después regreso con una manta a cuadros blancos y amarillos, la alfa le agradeció y llamando a las mascotas salió de la casa, camino detrás de esta y coloco la manta y se dispuso a esperar

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Valentino estaba manejando, no es que haya querido ocuparlo pero creo que sabiendo sobre mis estado mental prefirió traerme el, a un ritmo seguro nos adentramos en el rancho de la familia de Alysa, los campos estaban bastante bien como para estar a fin de invierno y algunas vacas pastaban tranquilamente. Al llegar a la plazuela estaba a punto de bajar hasta que mi abuelo me detuvo y me dijo que me quería así como que le avisara si necesitaba algo además de un beso en la frente, me sentía tan afortunada de tenerlo a mi lado, agarre mi guitarra y cuando baje Eric estaba llegando a caballo y cuando me vio se acerco

Si no me hubieran obligado a volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora