Si no me hubieran obligado a volver

6

La mañana había llegado pero nuestra alfa aun no despertaba tal vez por el efecto de su medicamento, cuando por fin lo hizo reviso la hora en su teléfono, 9:58 demasiado tarde para el trabajo que ya debía de estar avanzado. Se levanto y se metió al baño para arreglarse, saliendo tomo su teléfono de la cama y llamo a Sara para preguntar como iban las cosas en la empresa, se quedo por un rato discutiendo pequeños detalles y luego se despidió, se cambio por la misma ropa que uso ayer para el trabajo y salió de la habitación. Cruzando por la cocina se encontró con una nota pegada a la pared

Alysa te deje el desayuno en la mesa y un termo con te helado en la nevera, tuve que ir al pueblo por unas cosas                 

-Eloísa 

Avanzo hasta la mesa en donde vio lo que parecía ser un sándwich luego abrió la nevera en busca de su bebida, se apoyo de espaldas tranquilamente en el mostrador mientras comía un delicioso sándwich de jamón ahumado, tocino y lechuga, terminando decidió dejar un poco de te para el resto del día. Salió de la casa y se dirigió a los establos donde hizo lo mismo que ayer, ensillar al caballo y dirigirse al campo de trabajo, llegando rápidamente se puso al corriente con las demás personas y comenzó a quitar las grapas y enrollar el alambre, así se mantuvo por el resto del día hasta que se les fue la luz del sol y regreso a la casa donde ceno con Eloísa que había llegado ya del pueblo y su hermano

La siguiente semana paso de la misma manera y con el mismo ritmo en el trabajo, era viernes y los trabajadores iban a irse mas temprano por ser fin de semana, para su buena suerte lo único en lo que interactuó con su padre y hermano fueron nada más que miradas e intercambio de olores sin llegar a mayores, cosa que la pelinegra agradecía, bueno... el fin del día había llegado y se volvió para la casa de su hermano, comió una de sus barritas y se ducho, decidiendo salir por un paseo al atardecer. Alysa pidió permiso para llevarse a ciberius a lo que Eric accedió sin ningún problema y aquí estaba de nuevo en los establos en donde preparo al animal para su caminata, pudo haber simplemente recorrido el terreno del rancho pero ella recordaba un lago a unos kilómetros de donde limitaba el terreno y cabalgo hacia allí con su propia compañía y la del potro que parecía feliz de aquella salida, por un rato no hubo más que pequeños pájaros cantando a la lejanía, la calidez del sol poniente y la brisa que anunciaba la caída de la noche. Decidió acelerar el paso y correr un poco pue no quería que se le hicieran tan noche allí sola y en unos minutos había llegado al lago que milagrosamente aun no pertenecía a nadie y era totalmente libre de andar por el, lo único que había cambiado era que fue construido un pequeño mirador. Habían unos patos salvajes nadando que cuando la alfa irrumpió salieron volando, la vegetación a su alrededor era fresca gracias al agua que fluctuaba debajo cosa que también permitió el crecimiento de algunas flores. Decidió atar al caballo bajo el gran árbol de sauce llorón y algo que noto fue que muchas personas en especial parejas habían grabado sus nombres en el tronco leyó algunos de ellos y camino hacia el mirador donde se sentó a la orilla y con gran asombro comenzó a admirar el paisaje que la vida le regalaba, nubes esponjosas pintadas de rosa junto a un cielo con naranja y violeta degradados entre sí, bandadas de pájaros que pasaban encima de ella ocasionalmente, la corriente del rio que era impulsado por el aire, el sauce meciendo sus hojas y sus ramas crujiendo cuando se rozaban entre si; la pelinegra comenzó a tomar respiraciones profundas queriendo llenar sus pulmones de aquel fantástico momento y estuvo así por un par de minutos hasta que un olor la rodeo suavemente, un aroma ligero a vainilla y madera fresca, olfateo de nueva cuenta casi como tratando de grabarse aquella esencia y sin darse cuenta se había puesto de pie como si su cuerpo funcionara automáticamente y de momento se convirtió en una detective tratando de hallar alguna pista de donde provenía ese olor delicioso que la mareaba de una de las mejores maneras; se sentía flotando en un nuevo mundo, uno en el que la vainilla y madera reinaban. Sin dudarlo se subió en el caballo a quien puso en marcha por los alrededores en lo que ella rastreaba el fragante olor. Al poco rato el viento cambio de dirección y se volvió revuelto lo que hizo que lo que buscaba se disipara perdiéndose en el lugar, se estremeció cuando lo sintió desaparecer, se sentía frustrada por no hallar la fuente del aroma y estando un poco molesta opto por regresar al rancho. Llegando a los establo desensillo a ciberius lo metió a su caballeriza le tiro una paca y relleno su balde de agua, caminando hacia la casa vio salir de esta a su hermanito quien se sentó en los escalones de la terraza e invito a su hermana a hacer lo mismo