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Deprisa los paramédicos comenzaron a auxiliarla y hacían más preguntas ¿Les costaba entender que no entendía nada? las distintas luces la desconcertaron, lamparas en sus ojos y sonidos tortuosos de repente sintió liquido caliente empaparla, sangre, no sabía si era de ella o del tipo que había atacado, tal vez una mezcla de ambos, se dio cuenta de que alguien le tomaba con firmeza de la mano, Aria, hablaba y lloraba, se recorrió con la mirada y noto el desastre que estaba hecha, bajo y vio como su mano ensangrentada era sujetada por la de la omega, lo hizo, logro salir de ahí, esta vez no la defraudo y estaba tan feliz de eso, lastima que sus movimientos y palabras eran casi nulos, con la poca fuerza que le quedaba levanto el brazo y con la mano temblorosa logro acariciar por ultima vez la esponjosa mejilla de su novia, se llevaría el lindo recuerdo del tacto

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Aria sintió a la alfa desvanecerse repentinamente, se sentía tan devastada, tan desdichada pues estaba perdiendo a su vida, la vio cerrar los ojos y su mano caer

Aria: Alysa, no, no, no por favor no me hagas esto cariño

No hubo respuesta, ni un solo movimiento

Aria: ¡No Alysa no!

...: ¡Desfibrilador, despejen!

Y sintió como era jalada lejos de su amada, soltó un grito de dolor cuando vio a la alfa recibir la primera descarga, su cuerpo estremeciéndose, aun estaba con ella pero no estaba segura de que se quedaría para siempre, otra descarga y el dolor tanto físico como emocional fue devastador, un trozo de su alma le estaba siendo arrancado, sin respiración, ni signos, los paramédicos hicieron RCP y respiración manual pero simplemente no respondía a nada, veía la manta con la que apretaban la herida goteando liquido rojo vital, el amor de su vida estaba muriéndose, la estaba abandonando

Aria: ¡Alysa no me hagas esto te lo ruego!

Seguía sin tener una respuesta y cada segundo que pasaba era como estar en el infierno mismo, no sabía que haría si esta adorada parte de su vida se iba para siempre ¿Cómo sobrevivir a que te arranquen el corazón? simplemente no se podía, el ultimo intento de reanimarla y después de casi tres minutos alguien sintió un débil pulso, la dejaron acercarse nuevamente y rápidamente camino balanceándose a la pelinegra

Aria: Aly por favor, vive por favor, hay muchas cosas en este mundo por ver te lo prometo solo quédate

Dijo dándole un largo beso en la frente, tomo su mano y se paso el resto del viaje contándole maravillas <lo mejor que podía> sus citas, le prometía cosas, le confeso que quería una larga vida juntas y le rogo para que luchara; estaba inerte pero aun sentía los latidos de la alfa ¿Qué haces cuando sientes a la vida misma abandonar lentamente un cuerpo? Fueron probablemente los minutos más largos de toda su vida pero por fin estaban entrando al hospital, con la poca energía que le quedaba corría al lado de la camilla sosteniendo con seguridad la mano de Alysa, repentinamente voltearon y estuvo a punto de entrar a una sala pero una enfermera se lo impidió, derrumbándose contra la pared oraba para que su amada estuviera bien, inevitablemente las lagrimas comenzaron a caer sin control alguno, no paso mucho hasta que un enfermero la recogió y ayudo a poner de pie, fue llevada a una sala para tratarla, administraron suero, suturaban unos pequeños cortes y limpiaban el resto de las heridas, todo esto pasando con una Aria totalmente devastada y sin prestar atención a algo que no fuera los latidos de la alfa a quien aun sentía gracias a la mordida. Una hora después aparecieron sus abuelos quienes al verla tan mal la abrazaron e intentaron consolar. El tiempo se estaba comportando tan idiota, pasaba tan lento, burlándose de la agonía <o al menos eso pensó la omega> no se dio cuenta de cuanto espero solo que de repente los latidos de la contraria eran más normales y eso la hizo sentir tremendamente aliviada, sabía que Alysa estaba bien y con eso finalmente pudo cerrar los ojos para descansar... Unos toques en la puerta la despertaron y con la visión aun borrosa vio a un doctor entrar, con todo el cuidado del mundo se sentó en la cama

Si no me hubieran obligado a volverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora