Náuseas

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Nuevamente miraba a Camus correr al baño, si al principio no quería probar alimentos, ahora que comenzaba a tolerarlos en cuestión de minutos era seguro que esto le ocasionara náuseas.
También Dégel tuvo que evitar ponerse su perfume favorito de notas cítricas por qué a su amado Camus también le causaba náuseas con tan solo destapar la pequeña botella.

- Aquí vamos de nuevo.

Dégel se llevó una mano a su rostro al ver que Camus había salido del sanitario pero nuevamente volvió a entrar por qué ahora el aroma del café que Dégel había puesto en la cafetera inundó sus fosas nasales causando mareos y náuseas.

- Camus Mon amour ¿Estás bien?

Cuestionó Dégel acercándose a la puerta del baño esperando que pudiera responderle pero Camus solo emitía sonidos devolviendo todo lo que había comido momentos atrás.
Jamás se imaginó que estos primeros meses fueran duros para su pareja, no le gustaba verlo sufrir.

- Parece que ya.

Respondió abriendo al puerta lentamente, dejando ver un semblante pálido en su rostro, el embarazo seguía siendo muy agotador.

- No me gusta ver cómo sufres ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

- Creo que lo mejor será que te prepares tu café cuando yo esté en la habitación, tan solo el aroma de las cosas me revuelve el estómago.

Dégel estaba a punto de responder pero al ver que Camus nuevamente corrió a la taza del baño, decidió entrar con él para poder ayudarle en lo que se pueda ofrecer.
Le ayudó sujetando sus largos y sedosos cabellos viridian, para evitar que se ensuciaran; con su mano diestra intentó darle un pequeño masaje en su espalda esperando que esto ayudará un poco a calmar sus nervios.

- Esto es horrible - Se quejó apoyando sus manos sobre el tanque del retrete - Solo por qué tú no eres un doncel, así sentirías todo este martirio.

- Quisiera poder entender todo lo que sientes Camus pero estoy haciendo mi mayor esfuerzo para que te sientas cómodo Mon amour - Dégel lo ayudo a levantarse para poder llevarlo a la cocina para que tomara un poco de agua.

- Este fin de semana iremos a la casa de tus padres para darles la buena noticia.

- ¿Cuando le avisará a los tuyos Dégel?

El joven mencionado le entregó el vaso con agua para que su pareja lo bebiera, toda esta noticia fue demasiado repentina que no tuvo ni cabeza para pensar con claridad. Era evidente que sus suegros le recriminarian el hecho de tocar a su bello copito como ellos llamaban a Camus de cariño.

La noticia sería una gran bomba también cuando se lo mencione a Krest y a Garnet; en primera le darían una tremenda letanía por no cuidarse, segunda que ahora debía tomar un empleo más formal para solventar los gastos que una familia conlleva y tercero sin duda Mystoria y Ecarlate querrán colgarlo del árbol más alto que encuentren por adelantarse a la cigüeña.

- Dejemos de pensar en eso Camus - Dégel desvió totalmente ese tema que comenzaba a inquietarlo - Mejor dime que te puedo preparar para que comas algo, no puedes quedarte sin comer.

- Me pondré gordo por qué comeré por dos - Se quejó Camus recargando los brazos cruzados sobre la mesa - Y después subiré de peso y ya no me vas a querer.

- ¿Quien te dijo que ya no te voy a querer Mon amour?

De manera inmediata Dégel tomó el rostro de su pareja para verlo de frente, pasó la yema de sus dedos sobre sus mejillas para limpiar esas lágrimas que comenzaban a brotar de sus orbes.

- Es que es lo que sucede en algunas parejas que he visto y yo...

- Yo siempre te voy amar por todo el resto de mi vida, aún con mis defectos y tonterías que pueda hacer pero siempre con ese amor latente en mi corazón por ti.

Camus le devolvió una sonrisa a su pareja aceptando sus palabras, sin embargo no pudo responderle por qué el aroma proveniente de los inciensos que ponía su vecino Shaka se colaron por la ventana de la cocina, nuevamente corrió al sanitario dejando a Dégel esperando por un beso suyo.

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Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora