Dudas / Miedos

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Con las manos temblorosas Dégel manejaba con cautela su auto, lo que menos quería era subir de velocidad, los topes que se encontraba en la calle los intentaba pasar con calma para evitar los movimientos bruscos.

- Dégel mi amor ¿Es necesario que manejes a veinte kilómetros por hora? Creo que vas haciendo más tráfico de lo normal.

Habló Camus observando como los autos que venían detrás de ellos tocaban con desesperación el claxon.

- Es que no quiero que te pase nada malo.

Después de decir esto encendió sus intermitentes avisando a los demás conductores que ni en sus sueños esperarán que manejara más rápido.

- No me pasará nada cariño, no es necesario que vayas lento por mi... Si no te apresurado mis padres comenzaran a llamar que demoramos en llegar a la comida con ellos.

- ¿Y después que me reclamen que no se cuidarte? Olvídalo, prefiero llegar tarde pero tú sano y salvo - Respondió Dégel sin quitar la mirada de enfrente como buen conductor respetando los cambios de semáforo y pasando con calma los demás topes que se encontraba a su paso.

- Dégel, desde que nos dijeron que serán gemelos duplicaste tus cuidados conmigo.

- Por qué no quiero que a mis pequeños les falte algo, quiero que lleguen con bien y sobre todo que te dejes cuidar por mi... Esa es mi responsabilidad Mon amour.

Dégel detuvo su auto en la orilla para poder seguir hablando con su pareja.
Camus se dió cuenta que las manos de Dégel temblaban sin razón, de manera inmediata tomó la mano derecha de Dégel y comenzó a darle un ligero masaje en sus falanges para que se calmara un poco.

- Estamos a muy bien tiempo de prepararnos, por favor no te preocupes demasiado Dégel, no quiero que termines estresado por ello.

- Camus, quisiera que me comprendieras un poco. De tan solo imaginar que un simple preservativo me falló, no sé cómo actuar cuando veo que necesitas algo. Ojalá existieran manuales que digan cómo ser padres y yo...

Camus no lo dejó terminar de hablar, colocó su dedo índice sobre los labios de su pareja para transmitirle tranquilidad.

- Amo todo lo que haces por mi pero no quiero que te preocupes demasiado y te estreses por ello. Aunque en la actualidad si hay libros y guías para ser padre no se comparará con el hecho cuando tengamos a nuestros bellos hijos a nuestro lado... Seremos una familia feliz.

- Me inquieta el hecho de saber si soy bien esposo para ti Camus... Tienes razón no estamos casados pero te prometo que después de tener en orden la habitación para nuestros hijos ten por seguro que con gusto pediré tu mano.

Camus colocó su cabeza sobre el hombro de su pareja y cerró sus párpados, dejó escapar una sonrisa.

- También tengo mis dudas y mis propios miedos Dégel pero trato de calmarme para no trasmitir esa preocupación. Sin duda eres el mejor esposo aunque no estemos casados.

Dégel entrelazó sus dedos con los de su pareja mientras depositaba un beso en su frente.

- Tu eres y serás lo que siempre he soñado, nuestros pequeños han llegado a darnos felicidad... Mientras tanto permíteme seguir consintiendote que tengo mucho amor por darles.

Nuevamente encendió su auto para poder seguir tomando el rumbo que los lleve a la casa de los padres de Camus, ya no les faltaba mucho para llegar a su destino.

- De eso no hay duda, yo amo que me consientas Mon amour, ahora hay que apresurarse de lo contrario mis padres se molestan al ver que no llegamos a tiempo.

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Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora