Cuidaré de ti

Hormonas

Algo con que tenía que lidiar Camus además de los repentinos cambios de humor, era también con esas inmensas ganas de controlar sus alocadas hormonas.

Llevaba varios días intentando controlarse cada vez que miraba a su pareja despojarse de sus prendas para poder colocarse la pijama, también las veces que Dégel salía de tomar una ducha pero solo lo hacía con una toalla envuelta en su cintura.

Intentaba no decirle nada a su pareja por qué algo en el fondo le decía que Dégel no le iba a permitir ese tipo de actos aún más cuando Camus tenía que guardar reposo.

Pero esta vez no se le iba a escapar de las manos, claro que no le permitiría a Dégel que le saliera con un rotundo no solo por qué aún necesitaba recuperarse.

Para fortuna de Camus, los pequeños gemelos se encontraban profundamente dormidos lo cual le ayudaría a tomar un poco de ventaja para ello.
Buscó entre los cajones la llave que guardan de repuesto para la chapa de la puerta del baño y con cautela fue abriendo mientras escuchaba como el agua de la regadera seguía cayendo.

Dégel quien seguía debajo de la ducha no se percataba de la presencia de su pareja, Camus se fue retirando sus prendas lentamente hasta quedar completamente desnudo.
Colocó sus manos sobre el acrílico de color blanco que dividía el lugar y lentamente fue adentrándose hasta quedar detrás de la espalda de su pareja.

-¿Camus?

Exclamó sorprendido al sentir el cuerpo de su pareja recargandose sobre el suyo.

- No me puedes negar algo que deseo en estos momentos.

- ¡Mon amour aún debes estar en reposo!

- Al demonio el reposo... ¡Te quiero ya!

Camus fue el primero en abalanzarse sobre Dégel, unió sus labios con el contrario ferozmente, el agua recorría sus cuerpos desnudos mientras ellos pasaban sus manos lentamente sobre su piel.

Dégel acorraló a Camus en el rincón, repartía besos de manera tortuosa en su cuello bajando lentamente hasta su clavícula dónde dejó una marca muy notoria.
Camus enredó sus dedos en la cabellera verde de su pareja dejando escapar gemidos y gritos que inundaban el lugar.

- Haré esto despacio, no quiero que te vayas a lastimar.

Tomó el mentón de su pareja obligándolo a mirarlo a los ojos, en los dos podía notarse ese deseo que ambos anhelaban, después de todo un momento a solas no estaba mal.

Bajó hasta la altura de su cintura dónde podía apreciar las marcas notorias de las estrías que se quedaron marcados en su piel, con la yema de sus dedos fue recorriendo el contorno de su figura después se llevó a la boca su miembro deleitándose acompañado de los gemidos que escapaban de la boca de su pareja.

- Dégel...

Sabía que tenían poco tiempo para aprovechar, nuevamente se incorporó para poder darle la media vuelta a Camus y apresarlo entre la pared y su cuerpo, de esta manera repartía besos en su cuello y en su espalda haciendo que su pareja se relajara olvidando esos momentos de tensión que ha pasado a lo largo de todo este tiempo.

Camus no pudo evitar sentirse en la gloria cuando Dégel masajeó su miembro y este terminara manchando la pared.
La respiración agitada de Camus fue acompañada de una sonrisa de satisfacción, eso le sirvió para poder olvidarse del estrés y el cansancio por el momento.

Estuvo por añadir algo más pero uno de sus gemelitos había despertado llorando desconsoladamente buscando a alguno de sus papis.

- Debo atenderlos - Respondió Camus colocándose la bata de baño mientras miraba a Dégel con una sonrisa pervertida, esto no se quedaba por el momento así, en la noche terminarían lo que ambos dejaron pendiente.

Dégel solo observó cómo Camus salía del baño y al cerrar la puerta de dió cuenta que tenía un gran problema al mirar su entrepierna.

- ¿Y a mi quien me ayuda ahorita? - Se quejó al ver que no tenía otra opción...

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