Trabajo de parto

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Nuevamente los nervios atacaban al cuerpo de Dégel al escuchar los gritos de su pareja, solo rogaba a los dioses del Olimpo que su amado Camus llegará con bien al hospital y el parto no se le adelanta en el auto.

Aunque así fuera no se imaginaba el mismo asistiendo a Camus para ayudarlo a recibir a sus pequeños si en dado caso así fuera la situación.

Intentó contar hasta diez mientras mantenía el control del auto para evitar algún accidente a causa de sus preocupaciones, cuando llegaron frente a la puerta de urgencias Dégel se bajó rápidamente para poder pedir ayuda al personal del hospital.

Fue en cuestión de segundos cuando unos enfermeros llevaron una camilla hasta la puerta del copiloto para poder auxiliar al joven doncel.

- Señor Dégel, sus pequeños están por nacer... Necesitamos urgentemente el apoyo de dos donadores de sangre, puede pasar al trabajo social para dar sus datos mientras nosotros nos encargamos de atender a su esposo.

Le sugirió uno de los médicos que se acercó para atender la situación, le hizo entrega a Dégel de algunos papeles que debía llenar.
Lo único que pudo hacer fue dejar un tierno y suave beso en la frente de su amado Camus antes de que lo ingresarán en aquellas puertas de cristal.

Al sentirse un poco más tranquilo sabiendo que su amada pareja se encontraba en buenas manos se acercó al cubículo donde la trabajadora social le haría un pequeño estudio socioeconómico para valorar la categoría de los gastos que necesitarían cubrir para el parto de su amado Camus.

Mientras esperaba ser atendido sacó su celular del bolsillo para redactar un mensaje:

Kardia, dirás que soy muy repentino con esto pero necesito de tu ayuda y la de Defteros. Mañana a temprana hora podrán estar presentes para que puedan donar sangre? Es uno de los requisitos que pide este hospital que me recomendaste.
Espero contar con su apoyo chicos...
Gracias.












Lo único que Camus sentía en ese momento era un dolor insoportable en su vientre y en su cadera.
Ya le habían ayudado a colocarse una bata del hospital y ahora el dolor se volvía cada vez más constante, como si algo estuviera lastimando por dentro pero una de las enfermeras le mencionó que su cuerpo se estaba preparando para el momento.

- Inhala y exhala Camus, esto te ayudará a llevar de la mano las contracciones.

Le sugirió la enfermera mientras le colocaba el suero vía intravenosa.

- ¡Claro, como usted no es la que está pariendo! - Se quejó apretando fuertemente sus manos ante cada contracción que en su cuerpo se le presentaba.

- Calma, necesito que respires Camus - La enfermera comenzó acariciar sus largos y sedosos cabellos esmeralda - Tranquilízate para hacer esto más rápido, tus gemelitos están por nacer pero necesitamos que dilates un poco más.

-  ¡No lo soporto!

Uno de los médicos del hospital se hizo presente en aquella habitación, se colocó sus guantes de látex ante la mirada atónita de Camus y le sonrió.

- Joven Camus, le colocaremos un poco de oxitocina para que el trabajo de dilatación sea un poco más rápido. También le ayudaré un poco, de esta manera sus pequeños no sufrirán en el parto.

El médico dejó caer un poco de lubricante en su dedo índice y medio y los llevó justamente a la entrada de Camus, necesitaba dilatar un poco más.
Aún acompañado de sus gritos y dolores constantes, la intromisión de los dedos del médico le terminaron siendo de ayuda para hacer el trabajo más rápido.

Cuando sintió un poco más de líquido salir de su cuerpo, los ayudantes de la sala de parto acercaron todo el material necesario.

- Es el momento, unos gemelitos en camino.

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Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora