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Desde que salieron de la casa, Dégel procuraba llevar en brazos a su amada pareja en distancias grandes para desplazarse, sumando a ello que como era costumbre, Dégel manejaba su auto con una tremenda paciencia ignorando el sonido del claxon de los autos que pasaban por detrás de ellos.

Incluso había adquirido una estampa para el auto donde daba a entender los dibujos que dentro viajaba una familia con bebés a bordo, aunque ellos siguieran en el vientre de su amado copito.

- Por favor Dégel ya hemos hablado de estos temas, no es necesario que disminuyas demasiado la velocidad.

- ¿Y tener un accidente por mi culpa? No gracias, prefiero ser cauteloso para evitar algún incidente.

Camus solamente negaba con la cabeza mientras reía para si mismo, a pesar del tiempo que ha transcurrido su pareja procuraba estar al tanto de ellos, siempre anteponiendo la integridad y el bienestar de sus hijos.

- Que necesitamos además del monitor Mon amour?

Cuestionó Dégel sin dejar su labor como bien conductor, respetando los cambios del semáforo y dejando pasar a las personas que esperaban su momento de cruzar en las esquinas de las calles y avenidas grandes.

- Al parecer tenemos casi todo, así que creo que ya está todo preparado.

- ¿Y la maleta con las prendas de los bebés ya la tienes? - Preguntó al detenerse a la entrada del estacionamiento de la tienda departamental donde comprarían los que les faltaba - No quiero que me tomo todo por sorpresa ese día, prefiero mil veces tener en orden las cosas.

- Dégel... Aún falta para ese día.

- Más vale prevenir hermosura.

Después de decirle esto Dégel le regaló un guiño coqueto, uno único para su amada pareja.
Camus se ruborizó al instante, si algo tenía Dégel es que aunque vivieran como una familia, no dejaba a un lado esa esencia de joven enamorado con él y a Camus evidentemente le gustaba los tratos y cuidados de él.

Dégel ayudó a Camus a bajar del auto mientras el servicio del valet parking estacionaba el auto en la parte más alta de la tienda departamental.
El primer piso correspondía a la zona de niños y bebés por lo tanto Camus no tuvo que subir escaleras en brazos de su pareja.

Tomados de las manos mientras deambulaban por los largos pasillos, Camus disfrutaba de ver las ropas de niños de seis meses en adelante, mientras que Dégel seguía revisando los precios de los monitores.

- ¡Mira Mon amour! - Camus tomó de inmediato unaa sonajas de colores claros - ¿Podemos llevar esto?

- Primero vamos a ver el monitor que necesitamos y con gusto los llevamos.

Dégel tomó unos monitores que tenía a su derecha para comenzar a leer las características del producto, sin embargo al escuchar el quejido de su amada pareja lo hizo girar repentinamente.

- ¡Dégel!

- ¿Que sucede amour? ¿Los bebés ya vienen en camino? - Cuestionó Dégel preocupado al ver que Camus mantenía su mano sobre su vientre.

- ¿Que? - Respondió sin comprender por qué Dégel se notaba demasiado nervioso, incluso dejó caer algunos productos que tenía a su lado izquierdo.

- Yo creí que tú...

- Claro que no Dégel - Camus comenzó a reírse de la situación, al menos agradecía que no hubiera más personas a su alrededor - Solo te quería decir que están estos monitores con la mitad de descuento, así no gastamos de más.

- Me parece bien, pero - Dégel tomó a su pareja del rostro mientras hacía a un lado esos cabellos que cubrían su frente - No vuelvas a darme un susto así, no quiero ser yo el que termine en urgencias por la emoción del saber que vienen mis pequeños.

Depositó un tierno beso en su frente, después tomó el monitor que Camus encontró - Puedes traer las sonajas que viste, así las podemos pagar sin problemas.

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Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora