Cuando Draco salió de su habitación, Harry se sorprendió por el cambio. No era solo la ropa o la apariencia física. Había algo en su actitud que lo hacía verse diferente. Supo que probablemente había hecho un gran esfuerzo para dejar su arrogancia de lado y presentarse ante ellos, y se propuso no provocarlo para intentar aligerar el ambiente.
Hermione estaba sorprendida de verlo acercarse e inmediatamente le señaló el espacio libre a su lado colocando sobre la mesa la cerveza de mantequilla que le había ofrecido minutos atrás y luego un plato limpio.
—Sírvete lo que quieras —le dijo más complacida de lo que se merecía el recién llegado, quien, por única respuesta, asintió.
Fue una cena tranquila y mayormente en silencio por parte de Draco y aunque Hermione trataba de que participara en la conversación, él se mantuvo retraído. Se había servido más bien poco y después del postre, le agradeció a Harry por visitar nuevamente a su madre esa tarde y por la comida, y se retiró a su dormitorio, esta vez cerrando la puerta.
Hermione había comido algo para satisfacción de Harry y después él la acompañó a acostarse, arropándola como si de una niña pequeña se tratara. Había sacado de uno de los cajones inferiores de la cómoda de la muchacha, un encendedor y una ya empezada vela aromática de lavanda, manzanilla y palo santo contenida en un recipiente de vidrio que él le había regalado; colocándola en la mesa de noche la encendió con el fin de que ella se relajara y tuviera un sueño reparador.
A Hermione le conmovían esos pequeños detalles que Harry tenía con ella. A pesar de no haber crecido con el amor de una familia, poseía un desarrollado instinto paternal; sin duda, algún día sería un excelente padre.
—¿Segura que no deseas que me quede un rato a tu lado?
—No es necesario, en serio, Harry. Estoy segura que hoy dormiré mejor.
—Dejaré la puerta abierta por si acaso me necesitas. —La joven asintió. Harry besó su frente y le apretó una mano con cariño. Hermione prácticamente se durmió apenas puso la cabeza en la almohada.
Hermione se había asegurado de que los planes de Draco sobre trabajar siguieran en pie, y dos días después, ella tenía noticias para él.
—En uno de los invernaderos que provee a la floristería, están requiriendo a alguien que tome los pedidos por teléfono y compruebe que se entreguen a tiempo. Lo mejor de todo es que no están solicitando experiencia, sino alguien joven y proactivo. Eres inteligente. Estoy segura que aprenderías rápido la dinámica en ese lugar. Creo que puede que también tengas que, en temporada alta, ayudar a quitar la mala hierba, mover macetas, regar las plantas, aplicar fertilizantes...
—¿Qué es un tel...?
—Teléfono. Es un aparato muggle que usan para comunicarse, como llamar por la Red Flu pero no ves a la persona, solo la escuchas. Tiene un timbre que significa que alguien está llamando y solo debes levantar el auricular y hablar. Son tareas en realidad sencillas. Lo harías bien. Eso sí, el horario es de lunes a viernes, de siete de la mañana a cuatro de la tarde. Te tocaría levantarte temprano. —Draco hizo un gesto de que eso no le importaba—. También existe la opción de trabajar en una panadería. La muchacha que la atiende está por acogerse a su licencia por maternidad y necesitan quien la reemplace por ese tiempo, pero si me preguntas, creo que es mejor la opción del invernadero.
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Heridas del alma
FanfictionDespués de una guerra quedan heridas que no necesariamente son físicas. Muchos siguen su vida pero otros toman malas decisiones y deben empezar por sanar su alma y perdonarse a sí mismos antes de darle un nuevo sentido a su existencia, sabiendo que...