-46-. LÁGRIMAS.

669 76 18
                                    

Lucius sabía que lo que Draco tenía que decirles esa tarde no le iba a gustar y desde luego, tenía que ver con el artículo que había publicado en Corazón de bruja tres días atrás, revista a la que su esposa estaba suscrita y que había dejado a su ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lucius sabía que lo que Draco tenía que decirles esa tarde no le iba a gustar y desde luego, tenía que ver con el artículo que había publicado en Corazón de bruja tres días atrás, revista a la que su esposa estaba suscrita y que había dejado a su alcance por casualidad con tal de que él se enterara de la noticia. Ella como siempre tan sutil...

Por supuesto, por el bien de su matrimonio, se había negado a comentar con Narcissa el dichoso reportaje aunque sí le intrigaba verla tan serena con la idea de una nuera de ese origen.

Tampoco quiso mencionar la carta de Draco que había dejado también sobre el escritorio informándoles que los visitaría tres días después, probablemente esperando que las aguas se calmaran para tratar el tema con ellos.

Claramente, ese era otro acto más de sublevación de su hijo, quien había sido captado vistiendo esa horrible ropa muggle con «una antigua compañera de estudios en una cafetería muggle cerca del Callejón Diagon y en una posición muy comprometedora. ¿Será que esta Femme Fatale ha hecho de nuevo el uso de sus pociones de amor y ha atrapado el corazoncito de nuestro ex mortífago favorito? No nos extrañaría, cuando es el soltero más rico del mundo mágico. Recordemos que ya una vez las usó con nuestro héroe Harry Potter y el buscador de Quidditch del equipo búlgaro Viktor Krum». «¿Romance en el ambiente?» habían titulado el reportaje y hacían énfasis en sus estatus sanguíneos aunque «sabemos que ese tema ya no tiene trascendencia en los tiempos que ahora vivimos».

Lucius pensó que tampoco era algo tan comprometedor... Era, en apariencia, un simple beso en la mano; sin embargo, lo que al patriarca Malfoy realmente le preocupaba era la mirada que el joven mago le había dedicado previamente a la bruja y que el fotógrafo había captado muy bien.

Nada detenía a Rita Skeeter y sus ansias por crear más prensa rosa y ponerle su tinte amarillista. No era un secreto que desde que Draco volviera a la vida pública, se le perseguía por donde fuera. Esta vez fuera de los límites del Londres mágico, probablemente luego de haberse presentado en alguna tienda del Callejón Diagon. No dudaba que fuera un movimiento completamente estudiado pues un Malfoy nunca dejaba nada al azar y mucho menos tenía muestras de cariño en público; eso no debía haber cambiado aunque le pareciera que quien salía en ese periódico con cara de enamorado no se asemejaba en nada a su hijo.

Lucius estaba seguro que esa había sido la manera en la que Draco le decía al mundo mágico y a ellos como padres, que estaba con ella en una relación formal.

Precisamente con ella...

La idea le provocó náuseas y un calor que subía desde el pecho hasta su pálido rostro, pero debía fingir que todo estaba bien si no quería perder nuevamente a su hijo. Cómo es que prefería una nacida de muggles a una señorita de alta cuna como Astoria no lo sabía, pero en cierto modo sintió alivio de deshacerse de la joven Greengrass, aun cuando era una sensación extraña, pues sus galeones ya no caerían en manos de Thomas y Eileen Greengrass, sino que en las garras de una sangre sucia...

Heridas del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora