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Una semana, una semana había pasado desde que pudo escapar de las manos del asqueroso de Darbi Sabini. Una semana en la que no había dejado de tener pesadillas con ese hombre que había enviado a torturarla. La imagen de la sangre saliendo por el cuello del hombre y sus ojos suplicantes por ayuda, la acechaban cada noche sin falta.
Una semana en la que Tommy Shelby no sabía podido sacarla del estado de shock en el que aún se encontraba. Tanto él como Ada habían intentado ayudarla antes de partir de Londres hacia Birmingham, pero la chica solo seguía inmersa en una burbuja de miedo, desesperación y angustia.
—En un rato estaremos en Small Heath—Habla Tommy cuando la ve que de reojo esta juega nerviosamente con sus dedos.
—¿Donde voy a vivir, Tommy?—Le pregunta casi en murmullo después de que pasara un rato del comentario de el.
—Ayer hablé con Polly—La cual no estaba para nada contenta de todo lo sucedido con Caroline y como los hermanos Shelby se lo ocultaron—. Me dijo que podías vivir con ella.
—No la quiero molestar.
—Ya la molestaste durante tu infancia y adolescencia, no creo vaya a ser un problema ahora.
Caroline suelta una carcajada como respuesta y Tommy no puede evitar dejar escapar una pequeña sonrisa, casi victoriosa, ya que era la primera vez que la veía sonreír desde que la encontró escapando en esa avenida.
—Ah, ella ahora vive con Michael—Informa, ya que el chico tenía poco de haber regresado, dudaba que Caroline estuviera enterada.
—¿Michael?—pregunta arrugando el ceño, demostrando confusión—¿Michael Gray? ¿Su hijo?—Tommy asiente y la confusión de esta solo aumenta—¿Pero como es posible?
—Tengo contactos—Es lo único que responde Tommy, ante ello Caroline rueda los ojos.
—Tenemos tiempo, Thomas. No te hagas el misterioso y habla.
Por segunda vez en el día, una sonrisa escapa de los labios de Tommy y este se dispone a ponerla al día con los asuntos en Birmingham. Al hablar con Caroline, este siente una calidez familiar que no sentía desde ya hace rato. La partida de Caroline le había afectado en muchas maneras. Aunque nunca se permito hablar de ello, siempre llevaba consigo el peso de su ausencia, a sabiendas de que era su culpa que ella ya no estuviera a su alrededor. Ellos nunca hablaron del por qué de su partida, pero las palabras nunca fueron necesarias, Thomas sabía que en mayoría el cargaba con esa culpa. Tampoco se llegó a disculpar con ella, sabía que con unas simples disculpas no le bastarían para sanar el corazón roto de la chica.
Cuando este estuvo ante su presencia en el funeral de Freddie, no lo tomó por sorpresa, ya que sabía que ella amaba a su hermano y cruzaría cielo y tierra con tal de estar a su lado en las buenas o en las malas. Lo que si lo tomo por sorpresa, fue que ella lo seguía viendo de la misma forma que siempre lo hizo. Sabía que no le odiaba, cosa que hacía se odiara por no poder hacer que Caroline Thorne lo odiara tal y como el se odiaba si mismo.
