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—¡Es para ti, Caroline!
La voz de Ada la llama desde planta baja para hacerle saber que el teléfono sonaba para ella, un simple «en camino» salió de su boca para hacerle saber que se dirigía a tomar la llamada entrante. Como puede, se levanta lentamente del sillón donde se encontraba leyendo un libro, era lo más divertido que la dejaba hacer Ada en la casa, ya que no la dejaba ayudar con nada. Su vientre abultado con casi nueve meses la había inhabilitado a hacer algunas cosas o eso es lo que creía Ada, ya que ella misma sabía que podía seguir haciendo todas sus tareas diarias sin mucho problema. Desde el tope de las escaleras, ve como Ada conversaba con la persona del otro lado del teléfono de manera contenta. Cuando la misma posa su mirada en ella, pide disculpas a la persona y se acerca a ayudarla.
—Déjame ayudarte.
—Te recuerdo que estoy embarazada, no lisiada.
La pelinegra se encargó de ignorarla, como siempre lo hacía cuando Caroline la reprochaba por tratarla como una mujer con un embarazo riesgoso y solo se concentró en bajar junto a ella lentamente los escalones restantes. Ya en planta baja, esta le tiende el teléfono y le dirige una sonrisa antes de hacerle saber que estará en la cocina terminando un bizcocho que se había empeñado en hornear.
—¿Hola?— habla al teléfono esperando una respuesta del otro lado.
—Hola, Caroline.— la ronca voz de Tommy la recibe y no puede evitar esbozar una sonrisa.
—Tommy— casi suspira el nombre del mismo ante la alegría que le provocaba escucharlo— ¿Como estas? Ya me había preocupado, tenías un par de días sin llamar.
—Estaba atendiendo unos asuntos acá en Birmingham— le responde de manera rápida—, pero eso no importa, ¿cómo estás tú? ¿te haz sentido bien ultimamte?
—Te escuchas como Ada, Tommy— responde rodando los ojos, ya que no sabía quién era más obsesivo con ella, si Ada o Tommy—. Pero si, he estado bien, alguien por acá esta creciendo cada vez más y me parece casi imposible.
—Un futuro gran Shelby.— responde el hombre desprendiendo orgullo con sus palabras desde el otro lado.
—O futura— contraataca la pelirroja haciendo reír al gánster y escucha como por lo bajo, este repite sus mismas palabras.
—Tengo un par de cosas para decirte.
—Soy todo oídos, Thomas Shelby— esta dirige su vista a la cocina, donde ve que una pequeña cortina de humo sale de la misma y un par de maldiciones escapan de la boca de Ada—. Quizá deberías ser rápido, ya que pronto tu hermana va a reducir la casa a cenizas si sigue intentando hornear ese bizcocho.— «Silencio, Caroline May Thorne» es vociferado por Ada y una risa escapa de la boca de ambos.
—Compré una casa.— le dice este sin más.
—¿Es en serio?— responde realmente alegre por él la pelirroja— ¡Es increíble, Thomas! Me alegra que decidieras por fin salir del mugroso Small Heath.
