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—¡Caroline!— exclama Michael al ver a la pelirroja entrar a la casa de su madre—¿Que haces acá? Te hacía en Londres con Ada.
—Hola, Michael— ambos comparten un corto abrazo—. Vine por mis cosas, regresaré a Londres cuanto antes.
—¿Te trajo alguien?— cuestiona este viendo por la ventana hacia la calle, donde no había ningún auto estacionado.
—El tren lo hizo.— bromea la mujer y Michael frunce el ceño.
—Tommy no sabe que estas aquí, ¿cierto?
—Estas hecho todo un genio, Mickey— le dice cruzándose de brazos viendo al brial frente a ella—. No, no sabe que estoy acá. Por ello tienes que fingir que este encuentro no pasó, ¿ok?
—El pueblo lo manejamos los peaky blinders, Caroline— ataca este cruzando los brazos de igual manera—. Cualquiera puede ir ahora a donde Tommy y hacerle saber que estas acá.
—Manejamos— enfatiza Caroline en la palabra que dejó salir el contrario—. Así que lo que me dijo Ada es cierto, Tommy te involucró en los blinders.
—Yo se lo pedí.— salta a decir rápidamente el chico, en un intento de hacerse su propio nombre, dejando en claro que Tommy no tuvo nada que ver en su ingreso a la banda—, Tommy no me involucró.
—No deja de ser el jefe, es su decisión final dejarte o no entrar— un suspiro de frustración escapa de la boca de Michael y Caroline casi quiere reír por su actitud, ya que sabía que ella tenía razón—. Bueno, no vine por eso. Si me permites, iré a buscar mis cosas.
Con un asentimiento este le hace saber que puede proceder. De manera rápida esta se dirige escaleras arriba para tomar las pocas cosas que había dejado en casa de Polly para así poder volverse a Londres lo antes posible. La habitación que casi a regañadientes le ofreció Polly, estaba igual que la última vez que la dejó, impecable. Solo tuvo que tomar un par de vestidos que había dejado en unos cajones y un par de zapatillas que hasta considero tirar.
No quería pasar ni un minuto más en Birmingham, ya que todo el pueblo era controlado por el gánster y sabía que en el mismo, ella jamás sería libre. Todos sus pasos serían monitoreados por los hombres del Shelby y todas las decisiones que tomara, se verían influenciadas o interrumpidas por el mismo. Quería regresar a Londres, buscar un trabajo en lo que más amaba, que era ser enfermera y mudarse de la casa de Ada, ya que por más que amara vivir con ella y su sobrino, sabía que la presencia de Tommy sería algo recurrente en la misma, ya lo había vivido. Quizá se mudaría a una casa cerca a la de ella, ya que le gustaría estar alrededor de Karl, el único recuerdo de su hermano. Quizá empezaría a salir más, necesitaba despegarse de todo lo que había vivido en medio año de su regreso a Inglaterra. Pero todo solo quedaba en quizás.
Al bajar las escaleras, escucha unos murmullos en la entrada, justo en donde se consiguió con Michael. Sin prestar mucha atención, ya que pensó que sería la criada de Polly hablando con este. Al irrumpir en el recibidor, la presencia de Michael junto a Polly la golpean y traga fuertemente saliva. A la tía de los Shelby no la había visto desde que se "enfrentó" a ella en Epsom y por la mirada dura que le estaba dirigiendo la misma, sabía que no estaba contenta de verla.