No puedo evitar mirarlo de reojo mientras hago la tarea desde la mesa del comedor.
Él está en el sillón, concentrado en su celular. Hay ruido, porque él se ha encargado de encender la televisión para romper la incomodidad. Pero aún hay tensión. Y, a pesar del sonido, hay un profundo silencio entre los dos.
—¿Maggie dijo a qué hora volvería?
Habla tan de repente, que me sobresalto. Alzo la mirada, y trago.
Niego con la cabeza.
—No, sabes que cuando va con su club de lectura no tiene hora de llegada.
Siento que comienzo a sonrojarme, me tenso. Veo que sonríe.
Pareciera que quiere decir algo más, pero no lo hace. Noto que me echa un vistazo, y luego al televisor, como decidiendo algo. Finalmente, lo veo ponerse de pie y acercarse al comedor. Evito mirarlo, pero me pongo nerviosa, las manos comienzan a sudarme, y el corazón me late como loco contra el pecho.
De reojo, veo que jala una silla y se sienta, quedando a un lugar de distancia.
Siento su mirada sobre mí. Me muerdo la mejilla, intentando controlarme, luchando para no voltear a verlo.
—¿Matemáticas? —pregunta de repente.
Asiento con la cabeza.
—Álgebra —hago una mueca—. Lo detesto.
Sonríe.
—Lo sé. Todos esos números y letras...
Dejo el lápiz en la mesa, alzo una ceja. Noto que comienzo a relajarme un poco.
—¿De qué hablas? Finnick parlotea todo el tiempo sobre lo bien que se te dan los números. Pareciera que te esfuerzas por ocultarlo.
Ladea un poco la cabeza, sonríe un poco.
—Es complicado —admite—. En la escuela no son demasiado amables con los nerds.
—Lo sé.
Me mira con curiosidad. Alza una ceja.
—Tú no eres nerd —ríe un poco—. Inteligente, por supuesto. Pero no nerd.
—Puede que tengas razón.
Se me queda viendo, luego voltea a la derecha y jala el Scrabble.
—¿Y si jugamos un poco?
Lo miro, incrédula. Pero termino apartando la libreta y acomodando el tablero.
—Eres muy mala influencia —acomodo algunas fichas sobre el atril—. ¿Sabes?
—Ahora tu mente está saturada, necesitas relajarte un poco —comienza a acomodar las letras en el tablero—. Acabando te ayudo con eso. Por supuesto que puedo con un par de ecuaciones de segundo año.
Seguimos el juego. Y cuando toca mi turno de formar la palabra, el frunce el ceño y alza la mirada, se le nota bastante confundido y divertido al mismo tiempo.
—¿Qué?
—Eso no es una palabra.
—Por supuesto que sí —me defiendo—. Alexitimia existe, lo leí en algún lado.
Sonríe.
—¿Y qué significa?
—No lo recuerdo con exactitud —reviso mis fichas—. Pero tiene que ver con no poder expresar los sentimientos con palabras.
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¿Y si el tiempo no lo cura todo? [Everllark]
RomanceVersión [Everllark] [Los Juegos del Hambre] "A veces pienso que somos como piezas de rompecabezas que buscaban encajar en algún lugar, y nosotros estábamos tan rotos que de alguna manera logramos encajar sólo entre nosotros".