—Hey nena, por fin llegaste —lo veo agitar la mano mientras deja su tarro de cerveza en la barra.
Me obligo a sonreír, mientras trato de abrirme paso entre las personas que se cruzan en mi camino.
Llego hasta Bryce, quien me recibe con beso exigente, mientras sus manos van a mi trasero. Arrugo la frente al notar el amargo sabor de la cerveza, mezclado con el humo de cigarro que aún permanece en su boca. Siento que sus manos bajan más, y buscan colarse debajo del borde del vestido.
Me aparto, pero él me atrae hacia si, y hace que me siente sobre su regazo con cada una de mis piernas colgando a los lados de su cuerpo. Vuelve a sujetarme del trasero y me pega aún más a él. Lo escucho gruñir, al mismo tiempo que siento el creciente deseo de su masculinidad contra mi muslo.
—Mierda, que bien te queda ese vestido —otro beso, y su boca se arrastra hasta el lóbulo de mi oreja, lo mordisquea.
Detesto cuando bebe. Es cierto que suele comportarse como un absoluto idiota la mayor parte del tiempo, pero el alcohol lo hace todo mucho peor.
Es verdad que él no siempre es así, he pasado algunos momentos agradables con él, pero en verdad que parece esforzarse por ser todo un imbécil ególatra.
Su mano va a mi pierna, y lucha por ir arriba. Lo freno, pero su boca baja por mi cuello.
Intento apartarlo, pero es en vano. Su mano sube, y va directo a uno de mis pechos.
—¿Podrías calmarte? —frunzo el ceño, me aparto con brusquedad—. Hay gente al rededor.
—Al diablo con ellos —también se levanta, me toma de la cintura—. Te necesito ahora.
Hay jaloneos, y de alguna manera consigo zafarme. Pero él sigue intentando retenerme.
—No —trato de empujarlo—. Sólo déjame en paz.
—Vayamos atrás —insiste, un poco más agresivo esta vez—. Venga Kat, no creo resistir un solo momento más...
Consigo zafarme, niego con la cabeza.
Estoy harta. Ha sido suficiente.
Me alejo, y lo escucho llamarme, pero no le hago caso. Sigo avanzando hasta que llego a la salida.
Una ráfaga de viento helado me recibe, al igual que la soledad de la noche.
Creí que podría resistirlo, pero ya no puedo más.
Desde que comencé a salir con él, supe que era un absoluto idiota. Sabía que no debía esperar demasiado. Pero estoy tan desesperada por arrancarme a Peeta del corazón..., que decidí tolerarlo.
No soporto la idea de que él esté haciendo su vida con alguien más, imaginarlo en brazos de otra. Estoy desesperada, y me detesto por permitir que lo que siempre fue un estúpido enamoramiento de secundaria, se haya convertido en este tormento del que no puedo escapar.
Me odio por permitirme creer que hay algo entre nosotros, que siempre hubo algo...
Me convencí creyendo que lo que yo sentía era tan fuerte, que no podía ser la única sintiendolo. Creí que había una conexión especial. Pero parece que todo siempre estuvo en mi cabeza nada más.
Y sé que no debería estar con alguien como Bryce, pero ya no sé de que otra forma borrármelo de la cabeza.
Noto que las lágrimas me bajan por las mejillas mientras salgo. Es tarde, la noche está helando, tengo poca batería y no traigo suficiente dinero para un taxi a casa. Trato de limpiarme la cara, mientras busco el número.
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¿Y si el tiempo no lo cura todo? [Everllark]
Roman d'amourVersión [Everllark] [Los Juegos del Hambre] "A veces pienso que somos como piezas de rompecabezas que buscaban encajar en algún lugar, y nosotros estábamos tan rotos que de alguna manera logramos encajar sólo entre nosotros".