SESIÓN.

422 50 5
                                    

[POV YEON JUN]

Decir que estaba enojado, era tal vez quedarme corto a como me sentía en ese momento. Soo Bin simplemente se había ido dejándome cual idiota y no solo eso, no lo había dudado ni un solo segundo aunque probablemente la mirada que le lancé le fue advertencia suficiente, sin embargo, no vi duda alguna en sus ojos cuando se paró de la mesa y salió de aquel lugar, su ausencia haciéndose notar casi de inmediato, cuando el novio de Beom Gyu pareció ponerse de muy buen humor una vez Soo Bin se hubo ido.

Fue una tarde abrumadora, tener que soportar las estúpidas cursilerías de Beom Gyu y su novio me tenían harto, Woo Young me estuvo hablando de algo, algo que no recordaba pues mi mente estaba concentrada en una sola persona, Soo Bin, y el castigo que le daría por desobedecerme, aunque sabía que al final ambos íbamos a disfrutarlo demasiado; debía encontrar un buen castigo algo que hiciera saber a Soo Bin que no podía hacer lo que quisiera, no conmigo, mientras tanto mi vista seguía fija en el lugar vacío frente a mí, estaba perdido en mis pensamientos hasta que note un leve golpe en mi brazo.

ㅡ¡Yeon Jun!, llevó casi una hora hablando como idiota y al parecer, nada de lo que digo parece importarte.

ㅡLo siento Woo Young, pensaba en cosas del trabajo, hay una sesión de fotos que aún tengo pendiente y necesito pensar en el concepto.

ㅡAún así, deberías de ponerle un poco de atención a tu novio, el trabajo puede esperar, hoy te quiero solo para mí.

ㅡLo sé, Woo Young, lo siento, pero son cosas que pasan por mi cabeza y no puedo ignorar, ahora dime de qué estabas hablando.

ㅡTe decía que la próxima semana…

Pero nuevamente dejé de prestarle atención a Woo Young, mi mente voló completamente a imágenes para nada decentes al encontrar el concepto perfecto para aquella famosísima marca que había sacado una nueva línea de labiales, ya sabía cómo iba a castigar a Soo Bin, ya tenía todo planeado, debía comprar varias cosas para ello, haciendo una lista mentalmente, sonriendo y asintiendo a cualquier cosa que fuera lo que había dicho Woo Young.

Los planes ya estaban hechos y necesitaba llevarlos a cabo lo más pronto posible, sin embargo por primera vez, las cosas no fueron como yo quería.

Aquel trabajo que tenía pendiente complico bastante lo que tenía planeado para mi princesa, tan pronto como quise ponerlo en marcha, me dijeron que los modelos ya habían sido seleccionados y debíamos iniciar las sesiones lo más pronto posible, algo que me puso de un terrible humor desde aquel momento, todos a mi alrededor notandolo, incluso Woo Young.

Sin embargo, mi mal humor no era simplemente por no poder llevar a cabo mi plan, era también el hecho de que llevaba cuatro días sin saber nada del aquel pequeño hombrecito; los primeros dos días lo había dejado pasar, probablemente estaba enojado por lo que había pasado en el restaurante, aún así quería creer que era consciente de que estaba jugando con fuego y le envíe un mensaje de advertencia. Pero al cuarto día sin saber nada de él y con el estrés de la sesión encima, me convertí en una bomba de tiempo. Le llamaba como loco en mis ratos libres, pero me seguía enviando directamente al buzón, así que enviaba mensajes en su lugar, pero nada, no había ninguna respuesta por parte de Soo Bin.

Y para mi mala suerte, la marca que nos había contratado para tomar las fotos, había pedido algunas otras sesiones en la isla Jeju, así que tendría que ir en avión hasta allá y aquello tomaría al menos tres días más, algo que detonó el interruptor y me hizo explotar, cuando regresara, Soo Bin la pagaría caro.

El trabajo fue tedioso, no porque fuera mal, al contrario, los modelos congeniaban muy bien y todo era bastante fluido, transladandonos de un sitio a otro a buen tiempo. Lo que me tenía de mal humor, era el hecho de que Soo Bin seguía sin responderme, ni mensajes, ni llamadas, algo que no le podía perdonar a nadie, ni siquiera a ese niño bonito.

Woo Young me había marcado varias veces y me había amenazada con que no me atreviera a engañarlo con ninguno de los modelos, algo que se me hizo bastante lindo por parte de ese niño, en momentos como ese recordaba por qué había aceptado salir con él.

Por fin habíamos terminado la sesión y la edición de los posters promocionales la habíamos hecho al regresar a Seúl, en pocas palabras, ¡al fin era libre!, tomé mi cámara y me despedí de todos, agradeciendoles por su duro trabajo, me habían invitado a comer pero me negué escusandome antes de casi salir corriendo de ahí, tenía algo pendiente que hacer, tenía que verlo, necesitaba verlo, mi cuerpo entero me lo estaba pidiendo a gritos.

Pero antes de verlo, aún quería llevar a cabo mi plan, así que primero pasé a una tienda donde vendían algunos artículos bastante curiosos para adultos, comprando los que me parecía, podrían agradarle a Soo Bin, siempre teniendo en mente tanto su placer como el mío, me entretuve un rato curioseando por ahí, tomando el celular para llamar a mi princesa, aunque aquello ya lo hacía más por costumbre pues dudaba mucho que me respondiera, pero esta vez fue diferente, esta vez contestaron, pero no me gustó nada lo que escuché, aquellos gemidos eran inconfundibles, solo podían pertenecerle a una persona, a mi princesa, a Soo Bin.

Apreté con fuerza el celular que sostenía contra mi oreja, la llamada cortándose segundos después, ni siquiera terminé de comprar algo y me dirigí hacia mi auto, presionando las manos sobre el volante, haciendo tanta fuerza que mis nudillos se pusieron blancos, sí hubiera manejado normal, habría tardado alrededor de veinticinco minutos en llegar a su apartarmento, pero apenas habían pasado diez minutos y ya me encontraba frente al enorme y viejo edificio, con las manos hechas puño e intentando controlar mi respiración.

Pero estaba muy molesto, enojado tal vez era poco, realmente sentía que me hervía la sangre en ese momento y había dejado de pensar con claridad; alguien estaba tocando lo que era mío, lo que me pertenecía, Soo Bin me pertenecía, en todos los sentidos él era mío.

Podrían decirme que era un maldito bastardo, pero Soo Bin había despertado en mí algo que ni siquiera yo sabía que existía, esa parte celosa, posesiva y manipuladora, porque los celos nunca fueron parte de mí, no había necesidad, sabía que era lo suficientemente guapo como para que alguien me engañara. Tuve que detenerme un momento a respirar profundo, pues de seguir así, acabaría matando al maldito que estuviera en ese momento con mi princesa, mi mente ya creando varios escenarios posibles, en todos, el resultado siempre era el mismo: aquel tipo muerto, y yo lo disfrutaba enormemente, pero quería calmarme o también le haría daño a Soo Bin y no podía permitirme aquello, no podía lastimarlo, al menos no físicamente. Los juegos mentales que tenía con él podía permitírmelos, pero jamás le pondría una mano encima, no a menos que él me lo pidiera, pero esa ya era otra situación.

Por suerte, el portero me recordaba, así que no tuve mucho problema en obtener la llave del apartamento de Soo Bin. Apenas la tuve en mis manos, corrí hacia el elevador, el cual no tardo ni tres minutos en dejarme en el piso que pertenecía al apartamento de mi princesa. No había notado en qué momento mis uñas estaban enterradas en las palmas de mis manos, ni tampoco que mi cuerpo había comenzado a temblar, no hasta que vi mi mano temblorosa tomar la llave e introducirla en la cerradura.

No hice ruido, quería sorprender a Soo Bin en el acto, quería hacerle saber lo molesto que estaba con él, pero me quedé helado cuando cerré la puerta detrás de mí y miré a mi alrededor.

Tuve que cubrir mi boca para no hacer ruido, rezando por primera vez en mi vida, porque aquel apartamento parecía un campo de guerra, recé para que todo aquello fuera un sueño, recé para que toda esa sangre no perteneciera a él, a mi Soo Bin.

•━━━━━━━━━━•

Terrible, lloremos, pobre Soobin.
🤧🤧💔

Espero les haya gustado la actualización!! ❤

DISASTER - YEONBIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora