Los nervios comenzaban a apoderarse de mí, toda la gente a mi alrededor había empezado a secretearse, ni siquiera debía de ser un genio para enterarme de lo que hablaban, porque yo también pensaba lo mismo... Me habían plantado.
Cuando la mamá de Soo Bin se puso de pie, sonriéndole a las demás personas, supe que algo estaba realmente mal, mordí mi lengua para aguantar las ganas de llorar que tenía en ese momento, intentando pensar en algo que hubiera hecho mal para que Soo Bin no apareciera el día de nuestra boda.
—Cariño, ¿ya intestaste llamarlo?
—Ya, pero no contesta el teléfono... ¿y si él...
—Él vendrá, estoy segura de ello, no importa cómo, pero él vendrá...
La mamá de Soo Bin palmeo mi espalda, intentando tranquilizarme, pero ¿cómo podría hacerlo? Mi futuro esposo no aparecía y la ceremonia debía haber comenzado hace media hora, la gente cada vez comenzaba a hablar más alto, mire hacia la recepción y nada, la organizadora se acercó a mí para hablarme.
—Si Soo Bin no aparece en quince minutos, van a sacarnos de aquí, hay otro evento programado y deben arreglar todo, ¿ya le llamaste?
—¡POR SUPUESTO QUE YA LA LLAME!
Grité haciendo que los pocos invitados que estaban ahí con nosotros giraran a verme, me pasé la mano por el cabello, desesperado, sintiéndome al borde del llanto, él no iba a venir, Soo Bin no iba a casarse conmigo.
Ye Ji, la chica que habíamos contratado para organizar nuestra boda, me tomó por lo hombros, era mucho más bajita que yo, aún así, tenía una mirada afilada, nunca había conocido a nadie tan determinada como ella.
—No llores, pase muchísimo para conseguir este lugar y si o si ustedes van a casarse, voy a ir a buscarlo al hotel, tal vez pasó algo.
Aquello en lugar de tranquilizarme me altero más, si a Soo Bin le había pasado algo, yo me moría ahí mismo. Ye Ji pareció leer mis pensamientos y me señalo con el dedo.
—Ni siquiera lo pienses, Yeon Jun.
Se me erizo el vello de la espalda con tal amenaza, me sentí como un ratón acorralado por un tigre, sin oportunidad de escapar. Vi desaparecer a nuestra organizadora con tres chicos detrás de ella, la mamá de Soo Bin volvió a acercarse a mí, no dijo nada, solo me sobo el brazo para tranquilizarme, mientras mi esperanza iba y venía cada que las puertas de la recepción se abrían.
Habíamos planeado aquella boda con mucho entusiasmo y cuidado, Soo Bin había querido que fuera algo significativo, pues en Corea el matrimonio igualitario aun no era legal, sin embargo, yo quería ir poco más allá, así que me había dado a la tarea de investigar países donde un juez pudiera casarnos y ser esposos ante la ley, así fue como conocí a Ye Ji, quien desde un primer momento quedó encantada con ayudarnos, pues éramos su primera pareja homosexual y a ella le emocionaba tanto como a nosotros.
Taiwán fue el país elegido por ambos y de ahí, fue Ye Ji quien se encargo de conceder cada uno de los deseos de Soo Bin y míos, aunque yo lo único que quería era casarme con él, por eso a todo lo que Soo Bin pedía, yo le decía que sí, quería verlo feliz el día de nuestra boda, por ello jamás imagine que no aparecería.
Tomé mi celular e intente marcar una vez más, pero me mando directamente al buzón de voz, estaba perdiendo toda esperanza, Soo Bin tal vez se había arrepentido de estar conmigo y ni siquiera podía culparlo por ello, no con todo lo que le había hecho. Comencé a sentirme mareado, así que fui a sentarme a una silla, apoyando mis codos en mis rodillas para después sostener mi cabeza entre mis manos, no podía arrepentirme de nada, Soo Bin me había dado los mejores días de mi vida, si él no quería casarse conmigo, iba a respetar su decisión.
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DISASTER - YEONBIN.
Fanfiction- ¡Mírame! Mírame Soo Bin cuando te estoy hablando... Mis manos temblaban incontrolablemente y su aliento golpeaba mi rostro, su aliento a alcohol hacía que me mareara, el olor era bastante fuerte. - Yeon Jun... me estás lastimando. Esta vez de ver...