[POV SOO BIN]
Por fin hoy era el día, habían pasado tres meses desde la última vez que había visto a Yeon Jun y, otros tres más desde que había ingresado al hospital, había estado medio año en este, más por mi recuperación psicológica que por la física, pues mis costillas ya estaban bien al igual que los dedos de mis manos. Hoy por fin regresaría a mi apartamento, hoy por fin me darían de alta. Una enorme sonrisa se dibujo en mi rostro, emocionado con la idea de por fin dejar aquella cárcel, pero también demasiado nervioso.
Me puse de pie y fui a darme una ducha, el agua caliente relajó mis músculos y mientras me enjabonaba el cuerpo, mis dedos acariciaban las cicatrices que habían quedado en mi espalda, aquellos burdos bordes que resaltaban contra mi piel lisa, un recordatorio eterno de lo que había pasado, pero a diferencia de los primeros meses, no derrumbe al sentirlos, el doctor Min Gyu definitivamente era un psiquiatra excepcional.
Beom Gyu me había visitado un día antes para decirme que iría a recogerme, así que luego de ducharme y ponerme por fin ropa normal y no la del hospital, fui a guardar mis pocas pertenencias en la mochila que me había llevado el mayor junto a la ropa que llevaba puesta.
Fui a arreglarme el cabello, podía ver con facilidad que estaba más delgado, mi ropa que ya de por sí era grande ahora se veía más, pero nada que unas buenas comidas de verdad no pudieran solucionar, pues llevaba seis meses comiendo la asquerosa comida del hospital y bebiendo su raro café, sino fuera por los panquecitos que de vez en cuando el doctor Min Gyu me daba, seguramente me habría escapado del hospital hacía mucho.
Cuando tuve todo listo, recién eran las nueve de la mañana, así que aún tenía un poco de tiempo, tiempo que quería para una sola cosa. Salí de mi habitación pareciendo una persona completamente diferente, alguien normal, y fui en busca del doctor Kim, quería agradecerle por lo que había hecho por mi y… ¿por qué no?, pedirle su número de teléfono, después de todo me había prometido una ida a mi cafetería favorita.
Caminé hasta su consultorio, tocando suavemente cuando me encontré parado frente aquella puerta que muchas veces había atravesado para mis sesiones; escuché su voz invitándome a pasar, abrí la puerta muy despacio pues comenzaba a ponerme nervioso, pues sería la primera vez que lo vería sin aquella ropa de hospital. Cuando por fin estuve dentro, el mayor se me quedó mirando con los ojos muy abiertos al igual que la boca, me recorrió de pies a cabeza, viendo como sus mejillas iban sonrojandose poco a poco, algo que me hizo sonreír internamente, Yeo Sang me había hecho olvidar que era atractivo, había olvidado la cantidad descomunal de chicas y chicos que se me habían confesado antes de él, pero aquel hombre frente a mí, me había hecho recordarlo.
Cuando el mayor volvió en sí, me ofreció asiento y se paró frente a su escrito, apoyando sus brazos en este, sentándose parcialmente en este, con una sonrisa que me hizo estremecer, lo guapo que era el doctor Kim, ya no pasaba desapercibido para mi.
—Soo Bin, ¿ya estás listo? Si no mal recuerdo, hoy te dan de alta.ㅡ La voz del mayor temblaba un poco y quería creer que era por mi causa.
—Si Min Gyu, ya estoy listo, he guardado todas mis cosas y solo espero que vengan por mí, yo... eh... venía a despedirme.
—¡Vamos hombre! Lo dices como si no fuésemos a vernos nunca más, me harás sentir triste.
—Lo siento, es solo que... usted estará ocupado y yo entiendo, estoy en la universidad y hay días en los que no haré nada y pues usted…
—Soo Bin, más despacio por favor, apenas y puedo entenderte.
—Yo... lo siento.
Sentía como mis manos sudaban, los ojos del doctor Kim estaban fijos en mi, mientras que mi mirada estaba fija en algún punto en su escritorio, el se puso de pie y se acercó a mi, mi corazón comenzó una carrera contra reloj cuando su mano me tomó por la barbilla y me obligó a verlo a los ojos, sonriendo de tal manera que me hizo olvidar hasta mi nombre.
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DISASTER - YEONBIN.
Fanfiction- ¡Mírame! Mírame Soo Bin cuando te estoy hablando... Mis manos temblaban incontrolablemente y su aliento golpeaba mi rostro, su aliento a alcohol hacía que me mareara, el olor era bastante fuerte. - Yeon Jun... me estás lastimando. Esta vez de ver...