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Durante el tiempo que Yeon Jun y yo habíamos estado juntos, por llamarle de algún modo a eso que habíamos tenido, él nunca me había permitido besarle, los pocos besos que había tenido, siempre eran empezados y terminados por él, siempre cortos, simplemente llenos de lujuria y en una que otra ocasión los había utilizado para chantajearme, como aquella vez en el restaurante cuando termine con un dildo en el trasero. Pero aquella vez él me permitió besarlo, confundiendome bastante aunque probablemente lo hacía porque sería nuestra última vez juntos.
Sus manos rodearon mi cintura en una forma posesiva que jamás había utilizado, era protectora, como si temiera que en cualquier momento fuese a alejarme de él, pero eso no pasaría, no cuando mis labios besaban los suyos y él me permitía explorarle, cediéndome un poco el control, para luego atacar mi boca y tomar el control de nuevo.
Tomó el borde de mi playera y comenzó a levantarla, no perdió la oportunidad de acariciar la piel que iba quedando al descubierto, su tacto quemaba, mi piel reconoció aquellas manos de inmediato, me hizo ponerme ansioso, deseoso por más de aquellas caricias que hacían estremecer cada centímetro de mi cuerpo, no podía mentir, durante estos seis meses sin él, mi cuerpo lo había extrañado y necesitado.
Solo nos separamos para tomar aire y para que pudiera sacar mi playera, la lanzó lejos e hizo lo mismo con la suya, me tomó por la cintura, sin quitarme los ojos de encima, no pude evitar sertir vergüenza ante lo patético de mi cuerpo, las cicatrices parecían resaltar aún más con la luz de la sala y aún no recuperaba del todo mi peso, pero la forma en la que me miraba Yeon Jun, me hacía temblar las rodillas, hacía que mis mejillas se sonrojaran.
—Soo Bin... Eres lo más hermoso que he visto en mi vida~.
Ataque directo al corazón.
—Deja de decir...
No pude terminar la frase porque Yeon Jun atacaba nuevamente mis labios, sentía que no importaba cuanto me besara, nunca estaría satisfecho o cansado de ello, sus labios eran suaves y sus besos me sabían a miel, podría hacerme adicto a ellos pero entonces recorde mis palabras, hazmelo una última vez, cerré los ojos con fuerza para contener las lágrimas que de la nada comenzaron a amenazar con salir, lo abracé con fuerza y él me lo permitió, no se quejó, no me negó sus labios como las veces pasadas, me dejo hacerlo mío, porque al igual que yo, sabía que esa sería la última vez que estaríamos juntos.
Desabrocho mi pantalón con rapidez, lo bajó junto a mis bóxers y me tomó por el trasero, empujándome contra su cuerpo, sentí la tela de su pantalón rozar mi entrepierna, haciéndola despertar aun más, porque debía admitir que solo con sus besos, me había puesto duro.
Mi respiración era errática, ni siquiera cuando hacía ejercicio me ponía así; él se alejo de mi para dejarme respirar, pero no me dio tregua, ataco mi cuello con desesperación, recorriendo cada centímetro de piel con su lengua y luego succionaba esta con bastante fuerza, sabía que lo hacía para marcarme, para que recordara por varios días que le había pertenecido, incluso mordió mi cuello, no una mordida leve como antes había hecho, fue una mordida de verdad, sentía un ardor en aquella zona, pero en lugar de doler, mi excitación se hizo mayor, ya para ese momento me encontraba bastante duro y dolía, dolía cada vez que la tela del pantalón ajeno rozaba mi miembro y me hacía gemir de placer.
El más alto pasó su lengua donde había mordido unos segundos antes, me soltó y yo aproveche ese tiempo para tomar su pantalón y quitarlo, los bóxers permanecieron en su lugar torturando su erección, porque si yo estaba duro, Yeon Jun parecía que iba a explotar, robé un último beso de sus labios antes de terminar hincado frente a él, quien solo sonrió... esa maldita sonrisa tan encantadora que tanto me gustaba, tomé su bóxer por el borde y comencé a bajarlo lentamente, quería torturarlo un poco y sabía que lo había conseguido, pues fue él quien terminó quitándose aquella prenda.
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DISASTER - YEONBIN.
Fanfiction- ¡Mírame! Mírame Soo Bin cuando te estoy hablando... Mis manos temblaban incontrolablemente y su aliento golpeaba mi rostro, su aliento a alcohol hacía que me mareara, el olor era bastante fuerte. - Yeon Jun... me estás lastimando. Esta vez de ver...