DISASTER - YEONBIN.

KARMA PARTE II.

No supe cuánto tiempo estuve encerrado en ese baño, poco a poco la oscuridad comenzaba a rodearme, estaba anocheciendo y Woo Young seguía sin regresar. No podía describir cómo me sentía en ese momento, eran tantos sentimientos encontrados y algunos nuevos para mí que me hacían doler la cabeza a tal grado que creía iba a estallarme.

Había intentado abrir la puerta de todas las maneras que se me ocurrieron, pero esta no cedió ni un poco. No podía sacarme de la cabeza la advertencia de Woo Young, necesitaba saber si Soo Bin estaba bien, necesitaba saber qué había pasado.

Había tenido mucho tiempo para pensar en todo aquello, ¿en qué momento se había jodido todo?, estaba bastante conciente de que mis acciones no habían sido las mejores, pero jamás imaginé que mi princesa tendría que volver a pasar por una situación tan desagradable como esa. Quería hacer bien las cosas con Soo Bin, de verdad quería esforzarme con él como no había hecho nunca con nadie, pero Soo Bin parecía atraer las cosas malas, tal vez por eso había sido atraído por él, porque de todas las cosas malas que le habían pasado a su princesa, él estaba entre las peores.

Toda la vida de Soo Bin estaba llena de desgracias, por Woo Young me había enterado que sus padres lo habían corrido de su casa al enterarse que era gay y de ahí su vida había sido desgracia tras desgracia, ¿cómo un ser tan adorable podía sufrir tanto?, y ahora estaba yo, complicandole las cosas aún más, poniendo la cereza en el pastel, pero no podía solo rendirme, me había enamorado como un loco de Soo Bin, hasta los huesos, cada centímetro de mi cuerpo exigía la cercanía del pequeño, no solo de una manera sexual, Soo Bin se había metido en lo más profundo de mi corazón y ya no había manera de sacarlo de ahí.

Sabía que no podía culpar de todo a Woo Young, pero debía admitir que Woo Young era a alguien que si bien no le tenía miedo como tal, sí un gran respeto, Woo Young tenía un rostro de ángel, la mejor persona y el mejor amigo que podías tener, esa era parte de su apariencia, pero muy en el fondo y eso era algo que solo había dejado verme a mí, Woo Young podía ser el mismísimo diablo, venía de una familia disfuncional, su padre lo golpeaba desde muy pequeño y conformé fue creciendo, fue haciéndose de amigos que no era para nada buenas personas, personas que le tomaron un gran cariño y a diferencia de lo muchos podrían imaginar, fueron ellos quiénes lo criaron como su propio hijo, no con las mejores enseñanzas, pero a final de cuentas, le ofrecieron ese cariño que sus padres le habían negado, Woo Young se había tenido que proteger desde muy chico y ahora el tipo de persona del que nunca esperarías algo malo. Su cara angelical y aquella dulce sonrisa escondían al demonio que había creado para protegerse y ahora se sentía amenazado por Soo Bin, porque estaba destruyendo el castillo que había construido con tanto esfuerzo, porque sabía que Woo Young nunca me había amado, solo había sido un escalón más para poder salir de aquel terrible lugar, de aquella terrible vida y la verdad era que no me había importado, porque ambos habíamos encontrado comodidad, porque ninguno de los esperaba enamorarse nunca, pero pasó y yo fui el primero en hacerlo.

Escuché la puerta principal abrirse, me puse de pie y golpeé con fuerza la puerta del baño, estaba cansado de estar ahí, necesitaba salir y ponerme un poco de ropa, necesitaba hablar con Woo Young sobre Soo Bin, necesitaba tantas cosas.

ㅡWoo Young… abre la puerta por favor.

Escuché sus pasos acercándose, cuando por fin la puerta se abrió, me encontré frente a frente con Woo Young, tenía los ojos hinchados y rojos, suspiró al verme, como si hacerlo le causara un gran agotamiento. Tenía pensado cambiarme y salir de ahí en busca de mi pequeño iba a dirigirme hacia la habitación, pero la presencia de alguien en la sala me hizo parar en seco.

ㅡWoo Young… ¿quién es él?

ㅡÉl es… le dicen Ji Hoon, él va a cuidar que no vayas a ningún lado, que no te encuentres con Soo Bin nunca más.

ㅡ¿Qué mierda estás diciendo, Woo Young?

ㅡ¿A caso estás sordo? El va a ser algo así como tu guardaespaldas, aunque de eso no tenga nada, no vas a salir de aquí, al menos por un tiempo, espero que no tengas nada importante en el trabajo y si lo tienes, arreglalo por teléfono.

ㅡWoo Young… ¿escuchas lo que estás diciendo? Suenas como un completo loco. Hablemos, eso es lo que necesitamos hacer, no esto, ¡es una locura!

ㅡ¿Una locura? Eso debiste pensarlo antes de acostarte con Soo Bin. De todas las personas que podías elegir, ¿por qué él?, ¿qué tiene Soo Bin de especial? Primero Yeo Sang y luego tú, y que quede bien claro Yeon Jun, yo te vuelvo a ver cerca de él y me encargo de que nunca vuelva a ver la luz del día.

ㅡ¿Primero Yeo Sang?, ¿qué quieres decir con eso?

ㅡTú sabes de donde vengo, sabes las cosas terribles que mi padre me hacía, tuve que refugiarme con personas muy malas, personas que matarían por mí si yo se los pidiera, eso lo sabes, Yeo Sang… Yeo Sang creció conmigo, yo estuve enamorado de él desde que tenía trece años, ¿y sabes qué hizo?, se largó de ese nido de porquería y cuando lo volví a ver… cuando lo volví a ver, él ya estaba enamorado de alguien, de Soo Bin, ¿y ahora tú?

ㅡMe estás diciendo que tú y Yeo Sang… ¿qué ustedes crecieron juntos?

No podía dar crédito a lo que mis oídos escuchan, me sentía un poco mareado y no sabía muy bien si era por lo que acababa de decirme Woo Young o porque llevaba todo el día sin comer nada.

ㅡ¿A caso eres sordo, Yeon Jun? Sinceramente no sé cuál es su obsesión con ese chico, Yeo Sang terminó en la cárcel por él y tú… bueno tú me engañaste, creo que es justo que le quite un poco de todo lo que él me robó, no quiero ni verte, Yeon Jun, no intentes escapar o va  a ser doloroso.

No me dejó seguir hablando, le dijo algo al oído a Ji Hoon y salió del apartamento sin mirar atrás. Ji Hoon era un hombre alto, mucho más alto que yo y corpulento, calculé mis posibilidades de escapar y aunque eran casi cero, corrí hacia la puerta, pero tan pronto di el primer paso, Ji Hoon también lo hizo y cuando mi mano estaba a escasos centímetros de la manija, sentí un fuerte golpe en la nuca, todo comenzó a volverse borroso y no supe nada más.

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