No recuerda exactamente lo que dijo aquella noche mientras acompañaba a Yacchan a casa después de la fiesta. La escena en sí le parece un tanto difusa y abrumadora, lo único que sí sabe con claridad es que el suave aroma a chicle de su cabello le produjo mucha nostalgia. Después de eso, los dos se siguen viendo como si nada hubiera pasado, aunque en la mirada del cobrizo logra advertir una especie de melancolía que no había percibido antes.
Tal vez sea solo su imaginación, pero tiene miedo de haber dicho algo inoportuno o, lo que es peor, de haberlo herido de alguna manera y no sabe cómo preguntarle, así que se limita a ser cálido con él para tratar de compensar cualquier cosa estúpida que haya podido hacer en medio de su estado de ebriedad.
El teléfono suena y responde la llamada por inercia, sin fijarse quién es. Solo se da cuenta de que no tiene ganas de hablar cuando la voz del otro lado resuena en su cabeza. Otra vez la culpa le hace estremecer y se siente mucho peor, si es que es posible.
- ¿Cariño? No me has llamado en días... estoy pensando que Japón te aleja de mí... - el pequeño reclamo asfixia al peliazul.
- Lo lamento, he estado ocupado con la universidad y esas cosas...
- ¿En serio? ¿Sigues siendo el chico de las buenas notas? - suelta una risita divertida - supongo que está bien, pero es triste pensar que me quedo en el segundo plano de tu vida...
- No digas eso. La verdad es que pienso mucho en ti... - no está mintiendo, aunque es muy cruel de su parte dejar que esa frase tenga un significado diferente para ella.
- ¿En serio? Eres tan tierno como siempre, no puedo evitar adorar esa parte de ti...
- ¿Llamaste por algo en particular? - evita ser cortante, ya que solo quiere desviar el tema hacia algo menos incómodo, pero está seguro de haber escuchado un suspiro pesado; sin embargo, decide pasarlo por alto.
- Nada en especial... escuchar tu voz es muy reconfortante, solo eso...
- Trataré de estar más presente a pesar de la distancia, si eso te hace sentir mejor...
- Me gustaría que lo hicieras porque tú quieres, no porque piensas que eso es lo que yo espero de ti...
- Yo... no sé qué decir ahora mismo... estoy un poco cansado... - la culpa es demasiado peso sobre sus hombros y ni siquiera entiende por qué se siente de esa manera cuando no ha hecho nada malo. Al contrario, se ha esforzado mucho por mantener las cosas en su sitio.
- Yui, tú y yo vamos a casarnos, ¿verdad? - pregunta con voz hueca y el silencio se prolonga durante varios segundos, en los que ninguno de los dos tiene algo que decir.
- Azumi-chan... te prometí quedarme a tu lado. Por favor, no dudes de mí.
Tal vez sí fue un error haber regresado a Japón, aunque tratar de corregir algo a esas alturas, le parece imposible. Lo único que puede pensar en ese momento es que jamás le ha fallado a nadie, a pesar de las circunstancias adversas que se presentaron en su camino. Es más, el simple hecho de haber regresado es una forma de cumplir con las promesas que hizo en el pasado. Así que confía en que puede hacer ambas cosas: casarse y estar al lado de Yacchan sin que la situación se le escape de las manos. Confía mucho en sí mismo, aunque, debido a los últimos acontecimientos, su corazón parece querer sabotearlo constantemente.
***
- ¿Hola?
- Kyousuke, ¿todo bien? Llegas más temprano que de costumbre...
Yui estira los brazos, tratando de despertarse del todo, ya que estaba aprovechando el tiempo muerto para descansar un poco. Las últimas noches se han vuelto demasiado pesadas para conciliar el sueño de forma decente, ni siquiera soporta estar en su casa y por eso llega a la universidad mucho antes de su horario. Le gustaría no pensar y vivir a su impulso, sin nada que lo ate a ningún lado. Sin embargo, la sola idea de que algo así pueda pasar le parece utópica.
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HERMOSA PESADILLA [YACCHAN ♡ TAMURA]
Fanfiction- ¿Qué mierda quieres de mí? - el cobrizo lo mira, destilando el odio más profundo que hay en su ser. - Todo - su respuesta es simple y, sin embargo, está llena de muchas cosas que no es capaz de decir con palabras. Quiere acercarse, pero sabe que...