HERMOSA PESADILLA [YACCHAN ♡ TAMURA]

🧡 NO PUEDO CONTENERME II 💙

~ ¿Por qué corro hacia ti como si no me importara que arruines mi vida? ~

- Al parecer no tan bien como ustedes.

- ¿Qué? No es nada así, nosotros solo estábamos conversando - se defendió Yaguchi de forma instintiva, pese a que, en teoría, no tendría que dar explicaciones.

- ¿Solo? - levantó una ceja.

- Me refiero a que...

- ¿Y cómo está tu novio, senpai? El otro día fuiste muy tierno al hablarnos de él - acotó Hanase - tengo tanta curiosidad por saber quién es ese hermoso chico que tiene el corazón de Tamu-senpai.

- Mi novio... - hizo como si estuviera evaluando seriamente lo que iba a decir. El azul y el ámbar se entrelazaron peligrosamente - pues él es...

- ¡Tamu-kyun! ♡ - Yuri saltó sobre su amigo y empezó a llenarlo de besos.

- Yuri, quítate de encima... ¿por qué siempre estás molestando?

- Ustedes dos se ven tan bien juntos, chicos... - el rubio los miró entre sorprendido y fascinado.

- Senpai, no es bueno tener esas demostraciones de afecto en medio del pasillo - Yacchan no pudo contenerse, solo quería que el pelirrosa se apartara de su amante. Estrujó la tela de su pantalón, tenía ganas de golpearlo igual que lo había hecho con Shikatani.

- ¿Por qué no haces algo al respecto? ♡ - lo retó Yuri. Pasó su lengua por el cuello de su amigo y procedió a morder, sin dejar de sostener la mirada de Yaguchi, a pesar de los lentes oscuros que le cubrían gran parte del rostro.

- ¿Acaso eres idiota? - Tamura cerró el puño y le propinó un golpe en la cabeza, que le hizo detener sus provocaciones.

- Supongo que así son las cosas... - murmuró el cobrizo - vamos, Hanase. Tenemos un examen a primera hora - sujetó la mano del rubio y lo arrastró con él a través del pasillo.

Caminó por inercia, su cabeza estaba llena de pensamientos malos y destructivos, así que apeló a su instinto para llegar a su salón. La calentura de su pecho no lograba disiparse, era necesario golpear cualquier cosa para recobrar la tranquilidad y quitar la imagen de Yuri besando a su novio, porque era suyo, aunque no pudiera gritarlo a los cuatro vientos. Respiró profundo, no podía dejar que Hanase se diera cuenta de lo que estaba pasando o todo su castillo de mentiras se vendría abajo. "Si lo sabe uno, solo se esparcirá como la pólvora hasta explotar", se recordó a sí mismo a modo de mantra.

- Yacchan, si seguimos tomados de la mano puede verse un poco mal...

- Oh, lo lamento - soltó su agarre como si se tratara de metal caliente - gracias por escucharme y espero que no le digas a nadie lo que te conté. Prefiero mantenerlo en privado.

- Cuenta con eso - le guiñó un ojo y se fue a su lugar.

Durante un par de horas, se obligó a quitar a Tamura de sus pensamientos. Se había esforzado mucho por estudiar la noche anterior, así que tenía que demostrarlo obteniendo una buena calificación. Estaba esperanzado, todavía tenía ganas de ver la cara de orgullo de su novio cuando recibiera su boleta de notas. La molestia le dio paso a la nostalgia en cuestión de segundos.

Respondió las preguntas lo mejor que pudo, muchos de los ejercicios le resultaron fáciles debido a los apuntes de Yuri y cada vez que pensaba en eso, su memoria regresaba a la escena de hace un rato. Su plan perfecto se estaba convirtiendo en un suplicio y recién acababa de empezar la semana.

Cuando los primeros periodos terminaron, se quedó sin saber qué hacer. Se suponía que debía ir a la azotea como todos los días, pero la pelea de la mañana aún estaba fresca. ¿Y si él no iba? ¿Si estaba molesto y había decidido no verlo? ¿Sería posible que Tamura no quisiera verlo? Pasó saliva, la sola idea de que el peliazul lo rechazara de alguna manera, le producía un intenso dolor. Optó por ignorar sus propios pensamientos. Tomó una gran bocanada de aire y se dirigió al lugar de siempre, no podía ser un cobarde y quedarse con todas esas suposiciones en su cabeza. Si el peliazul no se presentaba, por lo menos lo sabría y eso ya era algo, por lo menos no se sentiría agobiado por la incertidumbre el resto del día.