- ¿Por qué estás mirándome tanto? - pregunta Yaguchi enojado. Toono le ha estado lanzando miradas furtivas durante toda la clase. La sutileza no es una de sus virtudes y eso le irrita.
- No es nada - se apresura en responder, intimidado por la penetrante mirada del cobrizo.
- ¿Puedes decirlo de una maldita vez? Te estás volviendo una molestia.
- Es que estaba preocupado por ti - admite resignado, agachando la cabeza.
- ¿Y eso por qué?
- El fin de semana que fuimos a la playa desapareciste con Tamura-senpai y cuando regresaste... parecías raro...
- ¿Raro como qué?
- No sé cómo explicarlo. Además, Tamura-senpai estaba contento y me di cuenta de que no podía quitarte los ojos de encima.
- ¿En serio? - logra disimular la pequeña sonrisa que está a punto de asomar en sus labios. Le gusta sentirse amado de esa manera.
- Sí, era demasiado evidente. Me preguntaba si, tal vez, ¿pasó algo entre ustedes dos?
- ¿Qué clase de mierda estás insinuando? ¿Crees que yo podría tener algo con un chico tan repugnante como él? - se sorprende de sí mismo al escuchar esas palabras saliendo de su propia boca.
- No me refiero a eso... seguro no voluntariamente, pero puede que él haya hecho algo... las cosas que él hace, ya sabes...
- Pues crees muy mal. No hay nada que ese idiota podría hacerme. Solo me acompañó porque me sentía un poco enfermo, eso es todo. Deja de pensar en cosas innecesarias.
- Yacchan, a veces creo que a Tamura-senpai no solo le gustas...
- ¿Gustar? No seas gracioso, Toono. Las personas como él solo sirven para tener sexo - ríe con arrogancia, antes de mirar a través de la ventana. Él no está ahí, a esa hora debe estar terminando su clase de Química - mejor salgamos un rato, no me gusta pasar el descanso en el salón.
Abandonan el aula casi vacía y se dirigen al patio. El día es cálido y la brisa les refresca el rostro cuando salen del edificio. Se sientan en una banca y se quedan en silencio, mirando cómo los demás chicos pasan continuamente, dejando fragmentos de conversación al aire. Yaguchi busca entre los rostros conocidos, tratando de encontrarlo en alguna parte para verlo, aunque sea a la distancia. Siente que lo extraña, a pesar de haber dicho todas esas palabras horribles hace un rato. Todavía es difícil aceptarlo con tanta naturalidad, tiene que esforzarse de a pocos.
Los minutos se diluyen en un sopor agobiante, hasta que por fin logra distinguir su cabello azul a lo lejos. Reconoce su porte desgarbado, su andar masculino y la gran sonrisa que se extiende en su cara, dejando ver sus característicos colmillos. A su lado va Shikatani, caminando muy cerca, casi rozando su brazo. Es la primera vez que ve al pelinegro con la intención de distinguir algo en él. No entiende muy bien por qué se siente tan inseguro ante su presencia. Shikatani no parece de los chicos risueños que se llevan bien con todos, más bien se ve hermético y hosco, difícilmente se puede adivinar qué clase de pensamientos cruzan por su mente. Sin embargo, Tamura siempre sonríe cuando está con él y parece muy cómodo, como si entre ellos pudieran entenderse a la perfección. Como si conocieran algo más que nadie puede ver. Su estómago siente un vacío punzante.
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HERMOSA PESADILLA [YACCHAN ♡ TAMURA]
Fanfiction- ¿Qué mierda quieres de mí? - el cobrizo lo mira, destilando el odio más profundo que hay en su ser. - Todo - su respuesta es simple y, sin embargo, está llena de muchas cosas que no es capaz de decir con palabras. Quiere acercarse, pero sabe que...