🧡 SEREMOS UN SUEÑO 💙

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Ese día decidieron alejarse de todo. No importaba lo que sucediera después, incluso si los buscaba la policía. Simplemente querían ese tiempo para ser ellos mismos y reconocerse en sus propios recuerdos, en sus experiencias de vida o en sus formas de amar. Caminaron durante varios minutos, con las manos enlazadas en un agarre sólido, sin llegar a ser invasivo. Poco a poco, se fueron alejando del barullo del boulevard hasta llegar a la playa. Había algunas familias formando grupos en la arena blanca y, a pesar de que el lugar no estaba repleto, decidieron tomar un rumbo distinto, pues sus amigos podrían encontrarlos fácilmente y arruinar sus planes.

A unos cuantos metros, pudieron reconocer una especie de ensenada que estaba rodeada por formaciones rocosas de una altura considerable. No había nadie, el oleaje era más tranquilo y la brisa a penas se dejaba sentir. Se alegraron de que los visitantes prefirieran los espacios más abiertos, prácticamente habían dejado ese lugar a su disposición. Tamura apuró el paso hasta llegar a la parte central, lo observó con cariño y se sentó en la arena, reposando su peso en ambas manos. Yaguchi, sintiéndose menos cohibido que antes, imitó su postura, de modo que ambos se dedicaron a observar el horizontes durante un rato, cada uno pensando en lo suyo.

- Nunca me hubiera imaginado estando aquí contigo, es un poco difícil de creer - el ojiazul fue el primero en exteriorizar sus ideas.

- ¿Por qué lo dices? - el cobrizo lo miró. El comentario lo había tomado por sorpresa.

- Honestamente, cuando te vi por primera vez, parecías tan inalcanzable.

- ¿Qué fue lo que te gustó de mí? - cambió de posición y abrazó sus rodillas, reposando el mentón sobre ellas.

- Todo tú... - sonrió con nostalgia al recrear esa escena que solo él recordaba - es que parecías un ángel llegando en el momento exacto. Pero, de todas las cosas que me gustan, escogería tus ojos sin dudarlo.

- ¿Mis ojos? - un fuerte latido se hizo presente. La mayoría de personas se sentían atraídas por su sonrisa, estaba tan harto de eso, así que escuchar esa respuesta quebró sus esquemas mentales.

- Sí. Puedo saber exactamente todo de ti por la forma en la que miras, sobre todo cuando algo malo sucede.

- No es cierto. Es imposible que alguien pueda saberlo todo de otra persona solo con mirarlo a los ojos.

- ¿Entonces no estás emocionado ahora mismo? - se inclinó hacia su lado, colocando la palma de su mano sobre su mejilla izquierda.

- Yo... - pasó saliva, había sido descubierto. Y no solo eso, sino que lo tenía a medio palmo de distancia, respirando el aire que exhalaba. ¿Cómo se podía ser tan malditamente atractivo con esa sonrisa maliciosa dibujada en su cara? Nunca había sido consciente de lo guapo que era Tamura y además era muy masculino. Su cuerpo se estremeció con este último descubrimiento.

- Así que estoy en lo cierto - humedeció sus labios y se acercó un poco más. Quería que Yaguchi diera el último paso, entonces lo besaría como si el mundo estuviera a punto de destruirse a su alrededor.

El menor estaba extasiado ante la sutil provocación de su novio. Sus párpados cayeron y sus labios se entregaron, dispuestos a ser poseídos sin piedad. El beso se tornó húmedo de forma casi instantánea, debido al movimiento de sus lenguas y de la pasión que los embargaba. Sin darse cuenta, el cobrizo ya lo tenía aprisionado por el cuello y Tamura estaba medio extendido sobre él, con las manos a ambos lados de su cuerpo. Empezó a bajar por su cuello, conquistando cada centímetro de piel que se erizaba al contacto de su boca. Se acercó a su clavícula y succionó tiernamente, evitando causarle cualquier tipo de dolor.

HERMOSA PESADILLA [YACCHAN ♡ TAMURA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora