~ Siento como si ya no te conociera,
pero he estado furioso y derrumbado tantas veces,
nos hemos desconectado de alguna forma,
ahora hay una pared invisible entre nosotros...
No sé dónde buscar ni qué buscar... ~
Yacchan se queda parado en la puerta durante varios minutos. No se decide a entrar, ya que es consciente de que en ese lugar ocurren muchas cosas sucias y desagradables. Incluso puede ser que se encuentre con extraños objetos o fluidos manchando el mobiliario. La única vez que estuvo ahí fue una de las peores experiencias de su vida, pudo ver frente a sus ojos la forma en que los miembros de ese club se relacionan entre ellos. Y sí, uno de esos chicos era precisamente su novio, lo cual le produce incluso una mayor aversión.- ¿Yaguchi-chan? ¿Puedo ayudarte en algo? - Akemi se detiene a su lado y pregunta afable.
- Akemi-senpai, disculpa la irrupción - odia su rostro y toda su persona, pero tiene que mostrar su típica sonrisita amical - me enviaron a buscar unos libros para la clase de Anatomía. El profesor dice que su club los tomó prestados.
- ¡Oh! Ya recuerdo - hace una mueca sugestiva que le genera repulsión al cobrizo - ven conmigo, te los daré en este instante... - lo jala del brazo, obligándolo a entrar junto con él - parece que Tamu-Kun se hizo cargo de la limpieza esta vez - desliza su índice por encima de la mesa de centro para descubrir que se encuentra impecable - Siéntate un momento, no eres mi tipo, así que no hace falta que estés tan tenso... - le lanza un guiño innecesario que acrecenta el malestar del cobrizo.
- Debo regresar para continuar con mis actividades. Te agradecería que pudieras mostrarme en dónde están - observa cómo el rubio se inclina para levantar lo que está buscando. Coloca una caja de cartón sobre la mesa y se queda esperando - Aprecio mucho tu ayuda, senpai. Disculpa la molestia.
- Yaguchi-chan, ¿hasta cuándo pretendes mostrarme esa cara llena de falsedad? - el presidente coloca ambas manos sobre la caja para evitar que el otro la agarre.
- Ehm... no entiendo de qué hablas, senpai - ladea la cabeza y sonríe. "Sonríe, sonríe, sonríe", se repite mentalmente, en un intento de mantener el control.
- Después de tanto tiempo de estar con Tamu-Kun, pensé que podrías cambiar... supongo que he estado equivocado...
- Será mejor que me vaya...
- ¿Por qué? - su voz lo detiene a medio camino - ¿Tienes miedo de escuchar la verdad?
- No hay ninguna verdad, senpai - insiste suavemente.
- ¿Cómo lo convencerás el próximo año de que deben seguir fingiendo ser solo conocidos, mientras se acuestan todas las noches?
- ¿Qué? - el rostro del cobrizo se enciende ante aquella acusación tan directa - parece que me estás confundiendo con alguien más...
- El único confundido aquí eres tú. Estás tan "confundido" que no tienes ni la menor idea de quién eres... - sus pupilas celestes brillan con malicia - así que detén tu tonto juego y devuélvemelo de una vez.
- ¡Ja! Perdón, senpai, pero es gracioso que te atrevas a exigir tal cosa...
- Yo te voy a decir qué es gracioso, Yacchan...
- Espera...
- ... los dos sabemos que no mereces ni un poco del amor que siente Yui...
- ¿En serio lo crees? ¿Por qué no lo piensas de nuevo y te das cuenta de quién está en clara desventaja en esta situación?
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HERMOSA PESADILLA [YACCHAN ♡ TAMURA]
Fiksi Penggemar- ¿Qué mierda quieres de mí? - el cobrizo lo mira, destilando el odio más profundo que hay en su ser. - Todo - su respuesta es simple y, sin embargo, está llena de muchas cosas que no es capaz de decir con palabras. Quiere acercarse, pero sabe que...