🧡 ¿CUÁNTO DARÍAS POR MI SONRISA? 💙

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- Te necesito - Shikatani lo observa desde el sofá. Está casi desnudo, el corpiño y la ropa interior de encaje son las únicas prendas que cubren su cuerpo. Le dirige una mirada ansiosa, llena de lujuria.

- No-no... no puedo - Tamura resiste la tentación y aparta su vista de él. Está decidido a cumplir su palabra.

- No has tenido sexo en varios días... - alega, con los ojos cristalizados, consciente de que es una de las debilidades del ojiazul - ¿qué es lo que te detiene ahora?

- Claro que he tenido...

- ¡Mientes! - corta, a punto de echarse a llorar - Sé que también quieres - se desliza hasta ponerse de rodillas delante de él. Sus manos recorren sus muslos provocativamente - Dame un poco de ti, Tamu-Kun.

- Ahora no... - se levanta, alejándose de la tremenda tentación que significa ver al chico de lentes tan predispuesto y lascivo.

- ¿Qué te está pasando? Antes no lo habrías dudado y ya me estarías tomando fuertemente...

- L-lo siento, Itsuki, tengo que irme - sale despavorido del club, cubriendo su prominente erección con la mano.

Llega hasta uno de los pasillos desiertos del colegio y recarga todo su peso sobre uno de sus brazos, apoyado firmemente contra la pared. Agacha la cabeza y se concentra en mirar un punto fijo en el suelo. La imagen de Shikatani acosa sus pensamientos, despertando sus más bajos instintos. Aún puede regresar y colocarse entre sus piernas abiertas, mientras ingresa en su interior. Fantasea con su calor y con los gemidos que seguro le haría soltar. Mierda, mierda, mierda. Tiene que controlarse, no va a caer después de todo lo que ha logrado. Mete la mano dentro de su pantalón y empieza a tocarse, primero suave y, casi sin notarlo, la velocidad aumenta hasta que se convierte en un ritmo brusco. Jadea, gotas de sudor resbalan por su frente y su espalda se arquea, sintiendo el orgasmo fluir por todo su cuerpo. Sus piernas tiemblan y se deja caer, completamente derrotado.

- Kyousuke - se atreve a gemir, pronunciando el nombre del cobrizo en medio de su soledad.

- ¿Tamu-Kun?

El azulado voltea y reconoce la figura esbelta de Itome, quien lo observa con curiosidad. Se acerca y se arrodilla junto a él.

- ¿Te sientes enfermo, Tamu-Kun? - pregunta, dándole golpecitos suaves en la espalda para reconfortarlo.

- No, en realidad... yo... - trata de ocultar el desastre que tiene dentro de sus pantalones.

- Oh - sonríe comprensivo y saca un  pañuelo de su bolsillo. Alcanza la mano que Tamura ha utilizado para complacerse y empieza a limpiar el líquido espeso que cubre sus dedos - qué problema, ¿no?

- Perdón, Itome-senpai - Tamura se avergüenza, pero a cambio recibe otra cálida sonrisa.

- No tienes por qué preocuparte, ya está - mantienen un cómodo silencio que dura unos pocos minutos - es Yaguchi, ¿verdad? - usa un tono suave, tan típico de él.

- ¿Cómo dices?

- Él está cambiando a Tamu-Kun de esta manera y me alegro mucho por eso. Aunque al principio parezca que duele, es mejor mantener feliz a la persona que amas y darle todo lo que desea - su expresión luce apagada. Acomoda un mechón de cabello detrás de su oreja, evaluando el trasfondo de sus propias palabras - sería mejor si tu persona especial también puede hacer lo mismo por ti.

- No sabría qué pedirle... Él me confunde muchas veces, pero... creo que yo... tal vez podría ser feliz a pesar de eso...

- Tamu-Kun, si él te quiere, te dará las cosas que necesitas sin que se lo pidas... así es como debería funcionar el amor, ¿no es cierto?

HERMOSA PESADILLA [YACCHAN ♡ TAMURA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora