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Diecisiete años después de todos estos sucesos la vida de todos tomaba un curso más tranquilo claro, pero con hechos que tal vez ya se esperaban, pero como dicen: "el tiempo no perdona".

—Quien lo diría Kookie, tantos años de acompañarte de visitar a tus padres ahora eres tú quien lo hace y ahora solo me queda una pregunta ¿Cómo demonios soportaste tanto?

—No es cuestión de soportar Binnie si no de aceptarlo.

—Me hacen tanta falta, siento que cada decisión que tomo será equivocada y no están ellos para animarme.

—Lo sé, entiendo lo que sientes eso me pasaba más de lo que quisiera admitir.

—Gracias. —Soltó un largo suspiro. —Sera mejor irnos en el anochecer salen los asesinos y ladrones.

Ambos rieron y no estaban equivocados ya que en el centro de Seúl las patrullas pasaban por cada centímetro buscando al quien acababa de robar una de las joyerías más importantes de la ciudad.

Mientras que algunos policías perseguían al ladrón corriendo por las calles y el responsable incluso opto a entrar a una tienda de ropa y saliendo con otra diferente perdiéndose de vista, el responsable del caos caminaba tranquilo hasta a la casa de su hermano, entrando por la ventana como si nada y viendo en la oscuridad como su cuñado regañaba a su hija.

—Por favor, Danielle mañana no te vas a querer levantar y papá está cansado. —Solo se escuchaba la risita de ella.

—Entonces váyanse a dormir.

—Bien me obligas hacerlo... ¡Heenie! —Se escuchaban los pasos acelerados por las escaleras.

—¿Qué sucede? —Jeongin volteo su mirada a su hija. —Bien mi niña ¿Por qué aun no estás en la cama, ya dormida?

—Papá ya no soy una niña, aparte no tengo sueño.

—Te entiendo, pero mañana te va a costar levantarte para la escuela ¿y qué pasa cuando uno tiene sueño?

—Se pone uno de malas, lo sé.

—Exacto, entonces.

—Está bien, buenas noches papi. —Beso su mejilla y la de su papá Jeongin para ir a su cuarto.

—Yo iré a ver que te duermas.

—Buenas noches, Seokmin. —Se despedía con la mano y Heeseung volteo a donde su hija veía antes de irse.

—Ay dios mío. —Se acerco a él y extendía su mano. —Dámelo.

—No sé a qué te refieres.

—Si lo sabes, el robo de una joyería no pasa desapercibido, dámelo. —Seokmin rodo los ojos y dejo un brazalete en la mano de Heeseung.

—Pero me costó mucho trabajo robar ese brazalete.

—¿y para que lo quieres?... no me digas que se lo querías regalar a Jieun.

—Es mi novia se merece lo mejor.

—Si lo mejor, que le ibas a regalar algo robado y meterla en problemas.

—No soy tonto, lo iba a vender para con ello comprarle el carro que tanto quiere.

—Ambos tienen diecisiete ¿Cómo le vas a regalar un carro? Tío Sunoo te mataría.

—Yo me encargo de mi suegro, no te preocupes por ello.

—¿A quién se lo ibas a vender? —La sonrisa de Seokmin no le gusto a Heeseung. —No me jodas ¿desde cuándo ambos están metidos en esto?

❀De tal palo...☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora