Capítulo 45

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Bajaron las escaleras y mientras caminaban por el pasillo hacia el estacionamiento el menor preguntó:

—¿A dónde iremos? —mirando curioso al Alfa.

—¿Quieres ir a dar un paseo a Riverside? —preguntó, abriendo la puerta de cristal, dejando pasar al Omega.

—Me encantaría.

—De acuerdo, entonces esc...

—¡Mi Harley! —exclamó el Omega, corriendo hacia su motocicleta al distinguirla entre los coches—. ¿Qué está haciendo aquí? creí que Bucky se la llevaría —mirando al Alfa en busca de respuestas.

—Y eso iba a hacer, pero al final concluimos que era mejor que se quedara aquí, como ves a estado bien acompañada —sonriendo divertido mientras señalaba los demás vehículos.

—Gracias —regalándole una sonrisa, para después acariciar el asiento de cuero.

Y es que Tony sabía que mientras el vehículo estuviera "bajo llave", era menos probable que el rubio la utilizara; muchas veces había pensado seriamente en deshacerse de ella, pero sabía que a Steve le había costado mucho conseguirla y probablemente se molestaría si se enteraba de la verdad, así pues, junto con Barnes habían optado por esconderla en el fondo de la cochera, pero ahora se daba cuenta de que una manta encima no habría estado mal. Suspiró resignado, solo esperaba que el rubio se olvidara de ella tan pronto como salieran del lugar.

—¿El negro está bien? —preguntó, mirando el coche a su lado, llamando la atención del rubio.

—Claro —sonriendo mientras se dirigía al automóvil, dándole un último vistazo a su motocicleta y haciéndose una nota mental de sacar a rodar a esa belleza.

Habían hablado de muchas cosas mientras caminaban a un lado del rio y ahora un cómodo silencio se había instalado entre ellos.

Steve pensaba en que esa era la primera vez desde que Tony le había dicho que le gustaba, que salían en una cita; su estómago revoloteó y su corazón se aceleró de solo pensarlo, podía sentir el calor del Alfa a su lado pues caminaban muy juntos, las yemas de sus dedos picaron ante el pensamiento de tomar su mano y grande fue su sorpresa al sentir como el mayor tomó primero la suya, alzó la vista y lo vio sonreírle, no pudo decir nada pues su mirada avellana lo hizo sonrojar y sintió el calor recorrer su cuerpo.

—Te vez muy lindo hoy Steve —lo escuchó decir cerca de su oreja.

—Gracias, tú también Tony —bajando la mirada avergonzado.

—¿Yo también?, te lo agradezco —acariciando su palma con el pulgar. Provocándole un respingo al Omega ante el contacto y un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo—. ¿Quieres sentarte en aquellas bancas?

—S...sí —contestó vacilante, intentando controlarse.

—Le agradaste mucho a Janet —dijo el castaño, cuando ambos estuvieron sentados.

—¿De verdad? —mirándolo esperanzado.

—Si, estoy seguro —sonriéndole.

—Me alegra, ella también me gustó mucho —recordando a la Alfa con una sonrisa.

—Ya veo —mirando al frente.

—Sí, es bastante divertida y es muy bella —sonrojándose al recordar como la mujer lo había tomado de la cintura y le había dicho que era precioso.

—Al parecer si te gustó mucho —mirándolo de reojo, sintiendo una molestia instalarse lentamente en sus entrañas.

Sabía que era infantil sentir celos de Janet, pero no podía evitarlo al ver las reacciones que los halagos provocaban en el menor, y no es que no fuera precioso, porque lo era, pero el hecho de que el rubio no fuera consiente de su propia belleza y se sintiera avergonzado cuando alguien se lo decía, solo evidenciaba lo poco que él se lo había hecho notar, o peor aún, tal vez significaba que Steve no creía que fuese honesto con sus palabras y halagos; una mueca se formó en sus labios ante ese pensamiento, suspiró, bien era momento de cambiar eso.

IN HIS BLUE EYES - PRIMERA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora