Capítulo 7

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A la mañana siguiente, el Omega y el Alfa se encontraban parados frente a la puerta de la gran mansión con una caja en los brazos del mayor.

La puerta se abrió segundos después de que el timbre dejara de sonar, revelando al Sr. Jarvis quien con una sonrisa recibió a los dos jóvenes.

—Muy buenos días, Señorito Steve, Señor —mirando al castaño.

—Sr. Edwin le presento a Bucky, mi hermano —sonriendo dulcemente al mencionado.

—Señor, un placer conocerlo, Edwin Jarvis a su servicio —estirando su mano.

—Mucho gusto Sr. Jarvis, James Barnes, Stevie me habló mucho de usted —tomando la mano del mayor quien le brindó una pequeña sonrisa.

Entraron a la mansión y siguieron al hombre escaleras arriba mientras este decía:

—El Sr. Stark ordenó darle la habitación de huéspedes que usó anteriormente Señorito Steve, me tomé el atrevimiento de acondicionarlo para usted.

—¡Oh no!, no puedo aceptarla, está bien si solo tengo una habitación en la planta baja —dijo avergonzado mientras negaba repetidamente.

—Vamos Stevie, no seas mal educado y acepta lo que te ofrecieron, el Sr. Jarvis la preparó para ti.

—Si a usted no le molesta Sr. Edwin, la aceptaré —deteniéndose cuando el mayor llegó a la puerta que reconoció de la noche pasada.

—Claro que no, Señorito —abriendo y dejando pasar a los más jóvenes—, pueden tomarse todo el tiempo que deseen para instalar sus pertenencias, cuando terminen pueden bajar a la cocina si así lo desean, ahora, si me disculpan, me retiro.

—Muchas gracias —dijeron al unísono y cuando la puerta fue cerrada ambos por fin pudieron respirar más tranquilos.

—¿Qué te parece? —preguntó mirando al castaño con esos ojos de cachorro que solía poner cuando se encontraba nervioso e inconscientemente buscaba la aprobación del alfa.

—Muy lindo Stevie, mejor lugar no pudo tocarte, estoy seguro de que te irá de maravilla, el Sr. Stark ha sido muy amable, debemos agradecerle por la oportunidad que te ha brindado —despeinando sus rubios cabellos.

—Por supuesto, pero antes debo contarle sobre el pequeño detalle —mirando el desgastado vestido que lo cubría y preocupándose nuevamente.

—Tranquilo, sé que no le importará, créeme.

—¿Cómo estás tan seguro? —tomando la caja y abriéndola para sacar las pocas pertenencias que llevaba, como una copia de la fotografía de sus padres y otros pequeños artículos de primera necesidad.

—Solo confía en mí, no pasará nada malo, y en todo caso, si llegara a pasar lo peor nos iremos de este lugar con la frente en alto, míralo así, al menos lo habrás intentado y nos quedaremos con la experiencia —sonriéndole cariñosamente.

—Gracias Buck —animándose un poco más.

—¿Quieres que esté contigo cuando se lo digas? —abriendo la puerta para salir.

—No, esto es algo que debo hacer solo, pero si te necesitó te llamaré —encaminándose a la salida.

—Me mantendré cerca entonces —dejando pasar al Omega antes de salir con rumbo a la cocina.

Al llegar al lugar el Mayordomo tenía preparados dos pequeños platos con un pedazo de tarta de frutas que hizo gruñir el estómago de ambos haciéndolos reír avergonzados pues no habían desayunado, ya que ni bien llegar el mayor de su turno habían partido rumbo a la mansión.

IN HIS BLUE EYES - PRIMERA PARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora